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MICROSOFT ANUNCIA EL FINAL DE SU NAVEGADOR

Las 8 razones por las que siempre odiaste Internet Explorer

Microsoft cierra un ciclo y este año pondrá fin al que probablemente ha sido el peor y más criticado navegador de Internet de la historia

Internet Explorer en Windows 8 / GETTY IMAGES

Madrid

Lo contábamos en enero pero Microsoft ha decidido hacerlo oficial esta semana: Internet Explorer dejará de ser el navegador de Windows 10 para dar paso a uno mejor adaptado a los tiempos que corren. Un hecho que tiene mucho que ver con la mala fama que los últimos años ha acompañado al nombre de su navegador, que llegó a hacerse prácticamente con todo el mercado.

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A continuación repasamos cuáles fueron las claves del descenso de Explorer, las que hacen que hoy se recuerde como probablemente el peor navegador de la historia y las que hicieron que, sobre todo los últimos años, fuera un producto con el que navegar por la red se hacía insufrible.

1. Internet Explorer fue un coladero de virus

Durante los primeros años de Windows XP, la mayoría de las vulnerabilidades importantes provenían de su navegador web.

Queso gruyer

Queso gruyer / GETTY IMAGES

Internet Explorer fue un auténtico queso gruyer, a juzgar por sus múltiples fallos de seguridad y muy codiciado por todos los atacantes. "Al estar integrado dentro del sistema operativo, no había una barrera". Si un atacante entraba a Explorer, podía atentar contra el sistema entero. Esto se debía a que Explorer formaba parte del núcleo de Windows, según nos explicaba Félix Brezo, experto en seguridad.

2. No tenía pestañas y eso era muy incómodo

Mientras la competencia intentaba mejorar sus productos para proporcionar mejores experiencias de usuario, la imagen típica de Explorer era tener el escritorio plagado de ventanas abiertas, cada una con una web. Algo que corrigió en la séptima versión, que venía con Windows Vista.

Hoy en día no nos imaginamos un navegador web sin pestañas. Nuestra forma de utilizar las nuevas tecnologías ha cambiado, y es frecuente tener varias páginas web abiertas al mismo tiempo.

3. Ni pestañas, ni innovación, ni nada

Pero las pestañas son solo el ejemplo más claro de que a Explorer le faltaba innovación, y aquello marcó un precedente. "Explorer tenía casi el 100% del mercado y se durmió en los laureles", explica Francisco Javier Picolini, coordinador de eventos de la Fundación Mozilla en España. "Decició cortar la innovación y fue por eso que otros navegadores como Mozilla Firefox, Opera y más tarde Chrome acabaron robándole cuota de mercado".

Claro que el camino no fue fácil. Pero, poco a poco, los usuarios fueron viendo que había otras alternativas mucho más prácticas. Y claro, como Explorer no innovaba, muchas webs tampoco funcionaban.

4. Los otros navegadores eran capaces de abrir webs mejor hechas

Al principio, hacer una web que no se viera en Explorer era un lujo que nadie se podía permitir. Pero, poco a poco, la balanza se fue inclinando a webs mejor hechas que contenían muchas funciones que requerían utilizar un navegador distinto a Explorer. Fue el inicio de la llamada Web 2.0, a la que Microsoft llegó ya tarde.

Hoy en día, es frecuente ver cómo salen nuevas aplicaciones que no soportan Explorer. Es el caso del conocido WhatsApp Web. Desde un principio, solo funcionó en Chrome, y ahora soporta los principales navegadores pero no Explorer.

5. Te obligaban a usarlo, y forzar no está bien

Ahora, el caso contrario. Te instalabas Firefox, Opera o Google Chrome en tu ordenador porque simplemente te gustaban más. Pero, te metías en la web de alguna administración pública y no había manera: te pedían abrir Explorer y volver a hacer el trámite desde cero. Los sitios solían contener un despreciable "Web optimizada para Internet Explorer".

Los últimos tiempos, Microsoft se ha visto obligada a promocionar Internet Explorer comob "el navegador que amabas odiar". La mala publicidad se ha convertido ahora en el gancho para que los usuarios descontentos vean que Redmond hace borrón y cuenta nueva.

Hubo un tiempo, que alcanzó los años de Windows XP, en que las actualizaciones de Windows Update había que instalarlas utilizando Internet Explorer. Ahora, todas esas cosas pasan a través del sistema operativo.

6. Se instalaban mil barras que no usabas

La culpa era tuya, pero se la seguirás echando a Explorer. Aun así, razón no te falta. Cuando instalabas cualquier programa en Windows, no leías lo que aparecía en pantalla y eso hacía que el buscador, el antivirus, el programa que usabas para escuchar música y otros cientos de inútiles complementos más hicieran acto de presencia en Explorer, y tú solo querías navegar.

Imagen de Internet Explorer 6 en Windows XP cargado de barras

Imagen de Internet Explorer 6 en Windows XP cargado de barras / CADENA SER

Las barras de herramientas han sido una de las mayores lacras de Internet Explorer, y luego desinstalarlas era toda una odisea. Lo peor de todo es que ocupaban más de la mitad de la pantalla y tenías un espacio irrisorio para navegar.

7. Las webs no se veían iguales

¿Recuerdas cuando las páginas web se veían totalmente distintas en unos navegadores y en otros? Las personas que se dedicaban a diseñar y desarrollar páginas web adolecían la falta de estándares de Explorer.

"Los estándares web son importantes, porque implica que un mismo sitio web es compatible de manera oficial con cualquier navegador", cuenta Picolini. Cada vez que hacían una web, tenían que preocuparse de hacer varias versiones, una para el resto de navegadores y otra específicamente para Explorer.

8. Llegó tarde al móvil

Las primeras versiones de Internet Explorer en Windows Mobile no nos permitían navegar de la misma forma que hacíamos en el ordenador. En 2009, cuando Steve Jobs presentó el primer iPhone, ni siquiera tenía apps, algo inimaginable hoy en día. El primer teléfono de Apple sí tenía algo que lo diferenciaba del resto, un navegador, Safari, capaz de abrir aplicaciones web y que permitía ver las páginas web tal y como eran en el ordenador.

Hoy en día Internet Explorer para el móvil no tiene diferencias con los navegadores de la competencia. Pero no llegó a tiempo.

¿Y qué nos depara el futuro?

Microsoft ya anuncia que su Project Spartan es un concepto completamente nuevo de navegador. Los expertos esperan que esto sea así y no solo un lavado de cara, pero parece que Microsoft esta vez sí ha hecho los deberes, dado el número de cambios y lo que se ha publicado hasta ahora a través de sus blogs de desarrollo.

Picolini espera que ahora no ocurra lo mismo con Google y Chrome, pero valora positivamente que Microsoft haya empezado a "cambiar" su visión. "Las comunidades de software libre han demostrado que se pueden hacer de otra manera", señala.

Pero el futuro también pasa inevitablemente por una mayor integración. "La integración de los navegadores en los sistemas operativos será más estrecha que ahora y, en lugar de ser un componente individual integrado en el sistema, comenzarán a ser parte del núcleo", explica Fernando Acero, experto en Seguridad y miembro de la Comunidad del Software Libre en España.

Como habitual colaborador con administraciones públicas y grandes empresas en temas de seguridad, cree firmemente en los estándares y critica cómo Microsoft se desentendió de los estándares web para intentar "dominar el mercado". Agradece que ahora haya una mayor cultura informática entre los usuarios, que ya no se conforman con lo primero que les ponen. "Valoran más la interoperabilidad de las aplicaciones entre distintas plataformas, incluidas las móviles, por lo que el respetar los estándares se está convirtiendo en una necesidad si se quiere estar en el mercado. Estas prácticas para presionar y monopolizar tienen, por suerte, mucho menos recorrido que antes".

 
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