El único superviviente del accidente en un barranco de la cordillera del Atlas en Marruecos ha relatado este jueves los seis días que transcurrieron desde que se despeñaron por un barranco dos de los tres miembros de su expedición hasta que fueron rescatados, según ha dicho, por su propio pie del lugar del accidente. Juan Bolívar ha acusado a las autoridades marroquíes de importantes negligencias y ha asegurado que el rescate «no fue normal» y que fue «inexplicable». Ha asegurado también que a él no le sacó nadie. “Después de cinco días me pegué cuatro horas de caminata”, ha sentenciado. El policía nacional y espeleólogo ha explicado cómo atendió en un primer momento a uno de sus compañeros, José Antonio Martínez, que seguía con vida después del accidente. El otro miembro, Gustavo Virués, había muerto en el momento de la caída por lo que Bolívar arropó a Martínez con su ropa y realizó un iglú en la nieve para protegerle. Visiblemente emocionado, ha señalado la dureza de esa primera noche: “Esa noche mandé mensajes de despedida a todo el mundo”. A la mañana siguiente, comprobó que su compañero seguía con vida y así aguantaron cinco días ya sin noción del tiempo. “Hablábamos cada día y le daba de comer, estaba tranquilo”, ha explicado. Bolívar ha hecho hincapié en cómo se produjo el rescate de su compañero José Antonio Martínez desde el momento en el que llegaron a la zona dos miembros de la Gendarmería marroquí ya que, según ha explicado, se produjeron importantes negligencias. “Hasta ese momento Jose estaba vivo, le dije “aguántame cinco minutos que nos vamos a casa”, ha explicado. Según su relato, le lanzaron una cuerda con una camilla pero él se negó a mover a su compañero por miedo, ante su falta de experiencia. “Yo no soy médico, no he puesto una camilla en mi vida”, ha argumentado. Finalmente, uno de los gendarmes marroquíes bajó hasta su posición e introdujo a su compañero en la camilla. Se produjo entonces el momento más crítico ya que al intentar alzarle, a pulso, la camilla fue a parar directamente a la catarata y allí se mantuvo toda la noche mientras Bolívar “estaba escuchando a Jose diciendo que se ahogaba”. Tras esa noche agónica, los gendarmes tiraron la camilla al río de donde fue rescatado por los equipos de Protección Civil marroquíes que acaban de llegar. Desgraciadamente, en ese momento José Antonio Martínez ya estaba muerto. Bolívar salió por su propio pie del barranco. “Después de cinco días, me pegué cuatro horas de caminata”, ha asegurado.