Mauricio, sol y playa de lujo en el Trópico
Isla Mauricio es un nombre que suena a paraíso y a exotismo. Esta isla del océano Índico, situada a unos 900 kilómetros al este de Madagascar, es famosa por sus playas, por sus aguas transparentes y por sus excelentes hoteles. Un destino tropical elegante y mucho menos masificado que otras zonas del Caribe o del Sudeste Asiático.
Mauricio es una especie de Torre de Babel rodeada por un arrecife de coral. La isla fue primero holandesa, luego francesa y más tarde británica. Para trabajar en los campos de caña de azúcar llegaron miles de emigrantes indios; luego hubo también otra oleada de inmigración china. El resultado es que se habla inglés, francés, creole (una mezcla de francés e idiomas africanos), hindi, urdu, tegulu, marahati y varios dialectos chinos. Hay templos católicos, protestantes, hindúes, tamiles, mezquitas… ¡Una diversidad étnica difícil de encontrar en otro lugar!
La isla tiene apenas 70 kilómetros de largo, con todo su perímetro ocupado por playas blancas y luminosas flanqueadas por cocoteros y casuarinas que le han convertido en uno de los destinos favoritos para el turismo de sol y playa en el Índico. Una suerte de paraíso sobre la línea del Trópico de Capricornio.
Estas son algunas de las cosas que no deberías perderte si decides ir a Mauricio:
A Mauricio se viene sobre todo a disfrutar de la playa. Por algo sus más de 150 hoteles están siempre en primera línea de mar. La isla cuenta con muy buenos arenales, que si bien no son excesivamente anchos, sí se extienden durante kilómetros y kilómetros sin interrupción, orlados por bosques de palmeras y casuarinas. Es una gozada caminar por esas playas durante la bajamar.
Un clásico que ofrecen en todos los hoteles. Las embarcaciones no salen de la laguna coralina que rodea la isla, así que aunque haga mucho viento el oleaje nunca es intenso. Suelen llevarte primero a ver unas cascadas, luego un rato de snorkel para ver pececitos en el arrecife, comida a bordo a base de barbacoa y finalmente un par de horas de baño y relax en la isla de los Ciervos.
Los tour organizados os llevarán a una fábrica artesanal de barcos en miniatura cerca de Curepipe (la segunda ciudad en tamaño) y a tiendas de ropa de marca a bajo precio (Arrow, Aberchrombie, Lacoste…), que supuestamente se fabrican en la isla y salen muy económicos. También son muy comunes los mercados y tiendas de especias, la mayoría cultivadas en la isla.
Port Louis es la capital de la isla, fundada en época de los holandeses. Le quedan aún algunos edificios coloniales, un mercado muy colorido y un activo y cosmopolita paseo marítimo: el Caudan Waterfront.
Uno de los lugares más interesantes del sur de la isla. En torno a un lago formado en el fondo de un viejo cráter aparece una gran estatua de Shiva y varios templos a los que los fieles hindúes (mayoritarios en la isla) acuden para hacer sus ofrendas con sus elegantes y coloridos saris y trajes, metidos en el agua hasta las rodillas. Una orgía cromática para los amantes de la fotografía o el vídeo. A finales de febrero / principios de marzo se celebra aquí el Maha Shivatree, una gran peregrinación religiosa que reúne a más de medio millón de fieles de todo el Índico.
Al sur de la isla se localiza esta mancha de bosque primario –último vestigio de la cubierta vegetal que una vez tapizó la isla- de 67 km cuadrados de extensión. Cuenta con muchos senderos para amantes de las caminatas, aunque hay que hacerlos con un guía. La inmensa mayoría de visitantes se limita a hacerse una foto en el mirador que hay en la carretera asfaltada que cruza el parque… y continúan con la excursión.
A 11 kilómetros de Port Louis queda el Jardín Botánico de Pamplemousses, fundado en la época en la que la isla pertenecía a Francia. Alberga una buena muestra de toda la flora mauriciana y de especies de otros continentes.
Es el salto de agua más bonito y fotografiado de la isla. Pero lo único que puedes hacer es asomarte al mirador de dos niveles habilitado y tomar la foto que veis arriba. Está en una finca privada a la que hay que pagar 200 rupias (unos 6 euros) para entrar y no puedes caminar por el entorno de la cascada ni acercarte más.
Se trata del mercado local de verduras, frutas y hortalizas más importante del este de la isla y se localiza a las afueras de la ciudad de Flacq. Se celebra los miércoles y domingos. Colorido, bullicioso y costumbrista como todos los mercados. Un buen lugar para ver cómo vive la gente local y para comprar algunas artesanías o ropa (supuestamente) de marca a precios muy asequibles.
Cómo llegar
No hay vuelos directos desde España. La mejor opción es la que ofrece Emirates, vía Dubai. Son aviones modernos con una tripulación muy atenta; y la escala en Dubai suele ser corta corta. El tramo Dubai-Mauricio lo hacen con un Airbus 380.
Para dormir
Uno de los mejores hoteles de la isla es The Residence Mauritius, de cinco estrellas. Está en la costa noreste, cerca de Flacq, delante de una estrecha pero bellísima playa de aguas cristalinas. El establecimiento es más que recomendable, tanto por las instalaciones como por el servicio que es de lujo, con un mayordomo casi por cada habitación. Tiene spa propio, una gran piscina y dos restaurantes (os recomiendo cenar en The Plantation; muy romántico y frente a la playa). Organiza muchas actividades y tiene un Beach Club en el que puedes usar gratis catamaranes, piraguas, etc.