Los barones cierran filas con Rajoy ante la prueba de fuego de las elecciones de mayo

Mariano Rajoy se ha hecho hoy la foto que quería. La que no logró en el Comité Ejecutivo Nacional que se celebró al día siguiente de las elecciones en Andalucía. A esa reunión no acudieron los barones. Su ausencia fue tan destacada que en el Partido Popular tuvieron que salir a explicarla. Dijeron que cada líder regional estaba en su territorio ya dedicado a la precampaña.

Entonces se les convocó a todos, de nuevo, para la Junta Directiva Nacional del pasado martes. Y aunque muchos asistieron, esta vez la cita se ensombreció por las críticas internas y la guerra entre Javier Arenas y María Dolores de Cospedal. El presidente del Gobierno aseguró que su partido estaba unido y se fueron sin ningún debate interno.

Este sábado, sin embargo, han sido 15 los candidatos del PP que han hablado. Cada uno ha tenido su minuto de gloria y Rajoy ha logrado la imagen que buscaba, la que refleja el poder del PP, el mayor de la historia de su partido. Ha conseguido que se recuerde que los conservadores gobiernan con mayoría absoluta en la Moncloa y que también tienen el mapa pintado de azul.

Y, por si fuera poco, el presidente se ha llevado unas cuantas raciones de apoyo porque ha escuchado decir a los suyos, lo “orgullosos” que se sienten de formar parte del PP y también de su líder. Le han llamado “sensible, equilibrado y sensato” y le han encumbrado por “mantener la nave a flote”. Un mensaje de que nadie le va a mover la silla por el momento.

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Un cierre de filas que Rajoy ha agradecido. Tanto que al inicio de su discurso ha admitido que “la lealtad” y “el cariño” de los suyos son lo que le ayudan a seguir adelante. De ese modo, gana tiempo. Al menos hasta que los resultados de las elecciones de mayo se pongan encima de la mesa.

Las intervenciones de sus barones han servido para hacer repaso de la situación en la que se encuentra el PP. Todos saben lo que se juegan de cara al 24 de mayo. Han reconocido que la situación “no es fácil”. Por eso han conjurado los fantasmas de la corrupción y aunque han cargado contra los nuevos partidos políticos, muy conscientes de los futuros acuerdos que pueden llegar a cerrarse, en ningún momento han llegado a entonar un discurso tan duro como el de su jefe de filas.

El primero en hablar ha sido Juan José Imbroda, de Melilla. Después de que el Supremo haya archivado la causa por prevaricación, el dirigente conservador ha querido defender que su formación no se debe avergonzar de nada. “En este partido la inmensísima mayoría de los componentes del PP somos gente honesta y decente. Y estamos por vocación de servicio público y valores”, ha sostenido ante sus compañeros.

También Luisa Fernanda Rudi, que opta a la reelección en Aragón, ha señalado que los ciudadanos ya no se conforman con ir a las urnas cada cuatro años. “Ahora quieren saber cómo se gasta su dinero y cómo gobernamos cada minuto de nuestro tiempo. Sobre todo quieren políticos honrados y cercanos. Y eso es lo que hemos hecho siempre a pesar de alguna mancha negra”, ha comentado.

Uno de los más afectados, Alberto Fabra, ha asegurado que la Comunidad Valenciana ha “resurgido de las cenizas” en las que se había quedado “manchada, injustamente, por la sombra de la corrupción”. Una herencia que recibió de Francisco Camps.

Desde las comunidades autónomas se ha pedido al PP mayor cercanía a los ciudadanos y revisar los errores que se han cometido. Aunque la candidata por Asturias, Mercedes Fernández, reclamaba un esfuerzo añadido: “Tenemos que entender a la gente, quererla y sentir lo que siente. Tenemos que ponerle alma a esta historia tan importante que nos traemos entre manos”.

Su mensaje recordaba al de Carlos Floriano, director de la campaña, cuando hace unos meses, exigió a los suyos “poner piel” a los mensajes del PP. Son varios los dirigentes que piensan que a su formación le falta empatía y, por eso, demandan que Rajoy se centre menos en la economía y haga más política.

También se oyeron críticas al resto de partidos políticos. Pero sin riesgo de erosionar nuevas relaciones. José Antonio Monago, de Extremadura, fue uno de los que cargó contra el partido de Pablo Iglesias: “Me gusta la semana santa pero no todos los santos. No me gusta ni san Podemos ni san Pudimos. Me quedo en esta cofradía, que es la de hacemos, la del Partido Popular”. Y también bromeó con su polémico vídeo de rap. “Me gusta el rap, el rock y la música de PP”.

Rajoy insiste en que el PP ganará en mayo. Pero los candidatos autonómicos saben que no es lo mismo ganar que gobernar y, por eso, ya diseñan sus estrategias. Ciudadanos puede convertirse en socio de gobierno y, a diferencia del presidente, se cuidan los ataques.

Monago lo decía: “Toca hablar mucho y no pasa nada”. Y lo destacaba precisamente uno de los barones que, según las encuestas, no tiene dificultades para revalidar su mayoría absoluta, Juan Vicente Herrera, candidato por Castilla y León, quien apuntó que su partido “no tiene miedo al pacto político con quienes podamos coincidir en las opciones de centro, en las opciones de la sociedad”.