El Supremo fija los criterios para que los mensajes en redes sociales sean aceptados como prueba
Según el Alto Tribunal, la posibilidad de manipulación forma parte de las redes y este tipo de mensajes como pruebas judiciales deben ser abordados con “todas las cautelas”
Madrid
Una sentencia del Supremo sobre los abusos sexuales que ha sufrido una menor de 13 años ha revelado la dificultad jurídica a la que se enfrentan los jueces e investigadores para confirmar la autenticidad de los mensajes que aparecen en las redes sociales.
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Unas estructuras en las que la posibilidad de manipulación, el anonimato e incluso la posibilidad de abrir cuentas con identidades falsas justifican que todas las cautelas deban siempre estar sobre la mesa.
En el caso analizado y sentenciado por el Supremo, se confirma la validez de unos diálogos mantenidos en la red social “Tuenti” entre la menor agredida sexualmente y un amigo a quien la víctima relató los ataques que estaba sufriendo.
La menor nunca se lo había contado a nadie porque pensaba que no la creerían. La acusación particular aportó a la causa los “pantallazos” de la cuenta de Tuenti de la menor.
En su día, la Audiencia Provincial de Valladolid condenó a 5 años y un día de prisión al hombre por un delito de abusos sexuales. El Tribunal Supremo rechaza el recurso de casación del condenado en el que, entre otros motivos, puso en duda la autenticidad del diálogo en Tuenti, alegando que podía estar manipulado.
Según la sentencia, no hay duda de que las conversaciones son auténticas. Los jueces se basan en el hecho de que la víctima puso a disposición del juez su contraseña de Tuenti para que, si se cuestionaba, se comprobara su autenticidad mediante un informe pericial.
También los magistrados del Supremo han valorado en su fallo que el amigo dela victima declaró como testigo en el juicio donde pudo ser interrogado por las acusaciones y las defensas.