Carlos, de vendedor ambulante a ganador de la polémica tercera edición de 'Masterchef'
Sally, segunda clasificada, y Andrea, tercera, también se llevan una beca para el Basque Culinary Center
Madrid
No se puede decir que los pronósticos se hayan cumplido del todo, pero tampoco ha sido una gran sorpresa. Con sus carencias, pero con un talento innato que ha dejado boquiabiertos a cuantos chefs de prestigio han pasado por allí, Carlos se ha mostrado como uno de los rivales más fuertes para sus compañeros de fogones durante toda la edición y, finalmente, se ha alzado con el delantal que le acredita como Masterchef España 2015.
El toledano Carlos Maldonado, de 24 años, se ha coronado en el talent show gastronómico más exitoso de la televisión española. Lo ha hecho luchando, peleando y poniendo sobre la encimera sus ganas de superarse y lograr el sueño que perseguía.
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Vendedor ambulante de embutidos, Carlos llegó a 'Masterchef' siendo un enamorado del gimnasio, pero teniendo muy claro que su vocación era la cocina. Lo supo desde que ayudaba a su abuela a hacer pisto. Ella y su madre han sido sus maestras en la cocina tradicional. En sus estudios de cocina empezó a sentir fascinación por elaboraciones más sofisticadas, por eso se decidió a abordar la cocina de vanguardia en 'MasterChef'.
Carlos, orgulloso de su trabajo, anhelaba la victoria en 'Masterchef' para poder aunar el que es su modus vivendi con la que es su auténtica pasión. Arriesgando, apostando fuerte y aprendiendo de sus errores, Carlos se ha ido haciendo cada vez más fuerte en este talent.
Talentoso y honesto, tanto que incluso ha llegado a reconocer uno de sus errores que para el jurado encargado de valorar el menú final había pasado desapercibido. Ferrán Adrià ha alabado su honestidad.
Sin embargo, en este último programa de la temporada, Sally ha sido la que ha tomado la delantera. La paraguaya -residente en Ciudad Real- ha resultado la primera en clasificarse directamente para la parte decisiva de esta final al imponerse a sus compañeros en una prueba inicial en la que Carlos, a la postre campeón, ha sufrido de lo lindo.
Así ha sido la final
Los aspirantes se han enfrentado a una exclusiva experiencia gastronómica que ha unido alta cocina y espectáculo. Han cocinado un menú degustación en el restaurante más caro del mundo: el Sublimotion, en Ibiza, donde el cubierto cuesta 1.700 euros por persona. Doce comensales, entre los que se encontrarán Ángel Nieto, Kike Sarasola y Marta Robles, se han encargado de establecer el nivel de exigencia. El mejor cocinero de este reto, Carlos, se ha proclamado como segundo finalista.
Carlos y Sally han regresado a las cocinas de ‘MasterChef’ para vivir un momento muy especial. Los jueces, los exconcursantes y sus familiares han acompañado a los finalistas en este último duelo, en el que han tenido que cocinar un menú completo. Un duelo de titanes en el que los platos han sido catados por un trío de lujo: los chefs Ferran Adrià, Joan Roca y Andoni Luis Aduriz, que ayudaron al jurado a escoger al ganador de esta tercera edición.
Carlos reinventó el bocadillo de calamares con pan de tinta y cocinó una merluza a baja temperatura con ajo negro y huevas. Además, el toque dulce lo puso con unas torrijas con pan de brioche y frutas del bosque. Un menú arriesgado, pretencioso y creativo que le convirtió en vencedor. "Es un plato impecable que te podrían dar en cualquier restaurante con estrella", sentenció Ferran Adrià sobre la merluza, antes de que Pepe Rodríguez Rey y Andoni Luis Aduriz pidieran la receta para servirla en sus restaurantes.
Por su parte, su compañera Sally apostó por atún rojo a la llama, rabo de toro y un crumble de cerezas con helado de crema inglesa y cerezas, que gustó aunque tuvo sus fallos. "Los tres platos que nos habéis presentado podrían estar en la carta de un restaurante de alta cocina. ¡Enhorabuena! Ahora estáis preparados para que os llamen cocineros", subrayó Pepe Rodríguez Rey antes de proclamar a Carlos como el vencedor de la noche.
Como ganador, Carlos ha conseguido el trofeo que le acredita como nuevo MasterChef España, los 100.000 euros del premio y la publicación de su propio libro de recetas. Además, cursará un Máster en Cocina, Técnica y Producto en el prestigioso centro universitario Basque Culinary Center que, entre sus patronos, cuenta con Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, Pedro Subijana y Eneko Atxa, entre otros renombrados chefs.
Una edición polémica… y ¿humillante?
Esta tercera edición de 'Masterchef' será recordada por las críticas que ha recibido el programa por parte de los telespectadores y algunos de los participantes al tono de las valoraciones hechas por el jurado.
No han sido pocos los aspirantes que, siendo eliminados, han desaprobado los métodos de Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera en su labor de jueces e instructores.
La primera gran polémica en este sentido comenzó con lo que se consideró una humillación pública del primer aspirante eliminado, Alberto, que recibió una severa reprimenda del jurado al presentar un controvertido plato que denominó "león come gamba". Los jueces se despacharon a gusto delante de las cámaras y los espectadores en redes sociales se ensañaron con la creación.
Después se produjeron otros episodios en los que ni a Pepe ni a Samantha ni, especialmente, a Jordi les tembló la voz a la hora de enjuiciar un plato, una actitud o una trayectoria de cualquiera de los aspirantes de esta tercera edición.
En una entrevista concedida a La Ventana, Jordi Cruz respondió así cuando se le preguntó por esta cuestión: "Es el talent show de cocina más duro del mundo y cuando la pifias, ya sea por no escuchar, por no atender, por nervios o lo que sea, el jurado te calza", aunque consideró que "los jueces de Masterchef tenemos el mismo tono que en la primera temporada"
Y si las reprimendas- más o menos humillantes- se han convertido en una de las polémicas de la edición, también lo ha sido el giro hacia el reality que, en cierto modo, ha dado este talent gastronómico.
Es una de las razones de su éxito, la mezcolanza entre telerrealidad y muestra de talento, capacidad y esfuerzo de personajes anónimos delante de una cámara. Si bien un talent show en el que no exista conflicto entre sus participantes y en el que ellos no posean alguna característica genuina perdería mucho interés; no es menos cierto que en esta tercera edición de 'Masterchef' se ha abusado un tanto del drama y de la confrontación. Basta echar un vistazo a las fichas de los aspirantes para comprobar que detrás de la mayoría existe una historia personal muy atractiva para televisión.
Sea como fuere, con críticas y sin ellas, es innegable que este programa producido por Shine Iberia para TVE es todo un espectáculo televisivo de calidad amén de suponer la única alegría de la cadena en estos momentos. Queda confiar en que TVE no queme un formato de éxito internacional y magníficamente adaptado en nuestro país.