Kepler-452b se suma al panteón de planetas “similares” a la Tierra
Hasta una docena de planetas han sido declarados como "planetas potencialmente aptos para la vida" por orbitar dentro de una zona habitable propicia para crear vida
Madrid
La Agencia Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) anunciaba ayer el hallazgo de un nuevo planeta que orbita en la zona habitable de una estrella similar al Sol. El planeta Kepler-452b, que debe su nombre al telescopio que lo ha descubierto, es el planeta más parecido al planeta Tierra descubierto hasta la fecha, tan parecido que desde la NASA lo han catalogado como “primo” de nuestro planeta, pero ¿es el único?
La respuesta sería no. Actualmente, el telescopio espacial Kepler ha avistado otros planetas potencialmente habitables en medio del mar de estrellas de la Vía Láctea. Kepler-452b se debe de sumar a una docena de planetas que orbitan en una zona propicia para albergar vida y presentan un tamaño similar o mayor a la Tierra.
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Antes de Kepler-452b, el planeta Kepler-186F celebraba la distinción de ser el planeta "más similar" a la tierra. Se encuentra a 500 años luz de la Tierra y es un 10 por ciento más grande que el planeta Tierra. Su superficie potencialmente acuosa ha hecho pensar a los científicos de la NASA que este planeta podría albergar vida en él. Pero su órbita de 130 días alrededor de una estrella roja y enana, mucho más fría que nuestro Sol, hace pensar que la vida en este planeta, tal y como la conocemos, no es posible.
En 2013 y casi al mismo tiempo se anunciaba el descubrimiento de Kepler 62-f y Kepler 62-c. Este último es un 70 por ciento más grande que el planeta Tierra, lo que complica encontrar vida sobre una superficie tan extensa, aunque se ubique dentro de una zona habitable con una órbita de 242 días.
Dentro de esta larga lista de planetas descubiertos por el telescopio Kepler, es el 22b. También fue aclamado en su día como el más parecido a la Tierra por su estrella tan similar al Sol.
Aunque la composición de estos planetas y su órbita podrían propiciar la aparición de vida en ellos, lo cierto es que actualmente no existe ninguna manera de acercarnos lo más mínimo a ellos.