El PP, ante la cacería que unió al ministro Bermejo y al juez Garzón
Como telón de fondo, el inicio de la Operación Gürtel, que hizo saltar todas las alarmas en el PP
Madrid
El 11 de febrero de 2009, los medios publicaban que el juez Baltasar Garzón y el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, habían estado juntos de cacería en Jaén hacía una semana. Pero es que la noticia se conocía cinco días después de que se realizaran las primeras detenciones en el marco de la Operación Gürtel, coordinada por Garzón. El PP no tardó en actuar, y ese mismo día, Mariano Rajoy pidió la recusación del juez y la dimisión del ministro, alegando que el acto era "obsceno", y que "hacía un enorme daño a las instituciones y a la independencia del poder judicial", por lo que el PP rompía cualquier interlocución con el Ministerio de Justicia mientras el Ministro Bermejo siguiera siendo titular de la cartera.
Pero aunque ambas partes dijeron que aquel encuentro había sido fruto de la casualidad, los reproches y las peticiones de dimisión no cesaron desde las filas populares, por ejemplo, en boca de María Dolores de Cospedal, qué se hacía muchas preguntas respecto a la cacería -"¿Se trataba de una cacería de pago o acudía como invitado por el dueño de la finca? Si era de pago, ¿la pagó el señor Bermejo o se la pagaron? Y si se la pagaron, ¿quién se la pagó, y a cambio de qué?"- o de Esteban González Pons, que afirmaba que al ministro "el tiro le había salido por la culata" y se había convertido en "la verdadera y terrible cara social del Gobierno de Zapatero".
El Partido Popular incluso registró en el Congreso una petición para la creación de una comisión de investigación porque, en palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, "nos parece muy grave la confusión a la que las actividades del señor Bermejo está llevando en un asunto tan importante como la separación de poderes, la imparcialidad y la independencia judiciales, que constituyen uno de los pilares fundamentales de nuestro Estado de Derecho".
Lo curioso del caso es que la cacería había sido organizada por Bartolomé Molina, un miembro del PP, que insistía en que todo había sido una coincidencia. Aun así, el 23 de febrero, Bermejo presentó su dimisión como ministro. Lo hacía, dijo, porque no podía tolerar la utilización que se estaba haciendo de la situación para atacar al gobierno socialista.