Vermaelen libera la tensión del Barça

Madrid

Tras la victoria de la semana pasada en San Mamés ante un Athletic de Bilbao que ya le ganó la Supercopa de España, el Barça estrenaba temporada en su feudo. El Camp Nou abría sus puertas para recibir al tridente, que también estrenaba minutos en esta liga. Neymar y Busquets volvían a un once cojo por la falta de dos defensas: Piqué, por sanción, y Dani Alves, por lesión.

Sobre el césped, los fantasmas del Málaga de Javi Gracia, que durante la temporada pasada no perdió ninguno de los encuentros ante los de Luis Enrique y desató la furia azulgrana con un gol de Juanmi en Can Barça.

Sin Juanmi y muchos de sus jugadores del año pasado salió el técnico del Málaga, bien plantado en el campo y esperando ocasiones claras. El Barça no dejó respirar al rival en el arranque del partido, y ya en el minuto tres, tras un córner y un remate de cabeza, metía el balón en las redes de Kameni con un gol que sería anulado a Luis Suárez por falta sobre Angeleri.

Las primeras oportunidades fueron para los culés que, por medio de Iniesta (una noche más), intentaron batir al portero camerunés. No fue la noche de Luis Suárez, que tuvo que pedir perdón al manchego después de desaprovechar un pase magistral.

El Barcelona fue de más a menos hasta desinflarse al final de la primera parte. El primer susto de la noche lo dio Juankar con un disparo desde su propio campo que pilló desprevenido a Claudio Bravo, adelantado y fuera del área. El palo al larguero que dio Mascherano no echó atrás a los de Javi Gracia sino que los impulsó, les hizo creer, sentirse cómodos sobre el campo y confiar en que podía repetirse la hazaña.

Al borde del descanso, y después de un cambio obligado del Málaga por problemas musculares de su capitán Weligton, llegó la polémica. El colegiado Jaime Latre no sucumbió a los pitos del Camp Nou y no pitó nada en dos jugadas reclamadas por penalti: una mano involuntaria en el suelo de Miguel Torres y una falta clara de Angeleri al borde del área pequeña por derribar al uruguayo Luis Suárez.

La segunda parte del encuentro arrancó con Kameni como protagonista, con hasta cuatro paradas providenciales a Leo Messi, que aunque buscaba el gol con ansia ante la presión de sus compañeros, no lo encontró. Y es que no fue el mejor partido de 'La Pulga' pese a intentarlo en numerosas ocasiones.

Tanto lo buscó el Barcelona que al final lo encontró en la persona que menos cabía esperar. Vermaelen, titular por las bajas en la defensa, se vistió de delantero y acertó a meter el esférico entre los tres palos en el minuto 72. Toda la plantilla azulgrana corrió a celebrar un tanto que no solo vale tres puntos, sino que quita presión ante un rival digno y problemático.

Los andaluces pelearon hasta el final con el objetivo de poner tablas al partido pero Cop dejó pasar el balón que podría haberles dado el empate.

Los minutos finales se consumieron con el susto en el cuerpo y la tensión en un Barcelona que quiso conservar la posesión, sin recibir ni un solo gol en lo que va de Liga, sumar tres puntos de oro que le permiten guardar distancias con el Real Madrid y batir a un rival que ya le ha cogido la medida al Camp Nou.