Obama rebautiza la montaña más alta de Estados Unidos
El accidente geográfico más grande de EE UU dejará de conocerse como el monte McKinley para pasar a llamarse Denali, el nombre usado por las tribus nativas
Madrid
El presidente de EE UU, Barack Obama, anunciará hoy en Alaska que la montaña más alta del país, ubicada en ese estado, dejará de conocerse como el monte McKinley para pasar a llamarse Denali, el nombre usado por las tribus nativas, según adelantó hoy la Casa Blanca.
La propuesta del cambio de nombre fue lanzada por el estado de Alaska en 1975 y ahora, a través de su autoridad ejecutiva, la secretaria de Interior de EE UU, Sally Jewell, ha decidido que el monte vuelva a llamarse Denali "para reflejar la herencia de los nativos".
"Esta designación reconoce el estatus sagrado de Denali para generaciones de nativos de Alaska", detalló la Casa Blanca en un comunicado.
El monte, de 6.168 metros de altitud, significa "el más alto" en lengua atasbacana y desde siempre ha sido reverenciado por las tribus nativas de Alaska como un lugar sagrado.
Sin embargo, en 1896 un buscador de oro decidió bautizar la montaña con el nombre del vigésimo quinto presidente de EE UU, William McKinley, y así se ha conocido oficialmente desde que el Congreso lo ratificó en 1917.
La batalla por el nombre del monte ha enfrentado en el Congreso a los legisladores de Alaska con los de Ohio, de donde era natural McKinley.
La Casa Blanca recordó hoy que McKinley "nunca puso un pie en Alaska" y "durante siglos" el monte, el más alto de Norteamérica, se había llamado Denali, "un nombre ampliamente utilizado en todo el estado en la actualidad".
Cambio climático
Obama prevé anunciar el cambio de nombre del monte este lunes en Anchorage, la mayor ciudad de Alaska, al inicio de una gira de tres días por el estado centrada en advertir de nuevo de los peligros del cambio climático y en defender su autorización a la compañía Shell para realizar perforaciones en aguas del océano Ártico.
En Anchorage, el presidente participará en una mesa redonda con ciudadanos de Alaska, además de intervenir en una conferencia sobre el Ártico patrocinada por el Departamento de Estado.
A esa conferencia asisten ministros de las naciones del Ártico y científicos para abordar cómo el cambio climático está transformando esa región y aumentar la conciencia mundial sobre cómo ese fenómeno tiene un impacto global, según la Casa Blanca.