Política

Rajoy pide a Merkel y a Cameron que le apadrinen ante sus retos electorales

Maratón de actos para completar la metamorfosis del presidente al candidato. Rajoy arranca curso político en Soutomaior, viaja a Berlín para ver a Merkel, recibe a Cameron en la Moncloa y convoca al PP, el próximo 7 de septiembre, para marcar la estrategia a seguir de cara a los próximos meses

Rajoy pide a Merkel y a Cameron que le apadrinen ante sus retos electorales

Merkel recibe a Rajoy en el castillo de Messeberg. / ATLAS

Madrid

En el Partido Popular dicen que el presidente del Gobierno va a padecer en los próximos meses lo mismo que los barones populares en mayo. Sabían que podían ganar pero también que era muy difícil que llegaran a gobernar. Se perdieron muchas plazas importantes y ahora ese escenario se abre ante los ojos de Rajoy. Es él quien se juega la Moncloa.

En el calendario dos citas importantes: el 27 de septiembre, con las elecciones catalanas, y las generales, cuya fecha concreta de diciembre guarda aún en secreto el jefe del Ejecutivo. En Génova están ahora mismo concentrados en Cataluña. La campaña empieza ya el 10 de septiembre y en la sede nacional reconocen que ha habido que trabajar de forma muy rápida. Rajoy se ha envuelto de la bandera españolista y ha bendecido el discurso duro y polémico de Xavier García-Albiol.

“Tenemos que volcarnos e hilar fino. No perder el tiempo yendo allá donde no vamos a lograr ningún apoyo”, confiesan desde la organización de la formación, confirmando que Rajoy se implicará. Para empezar, el próximo sábado acudirá ya a la clausura de la Escuela de Verano que los conservadores celebran en Lloret de Mar con todo un desfile de ministros y el núcleo duro del partido.

En el PP saben que el resultado de esta convocatoria condicionará a Rajoy. Desde sus filas le piden que “no muestre tibieza” frente a Artur Mas. Quieren que defienda la Constitución y mantenga su papel como garante de la unidad de España. Dicen que no se pueden permitir perder los apoyos que les quedan y que ya se tambalearon bastante con el referéndum del 9-N. El PP espera a ver cuántos votos les arrebatan Ciudadanos y Unió. “Hay demasiados frentes abiertos”, señalan los que rodean a Rajoy. Con los datos sobre la mesa, llegará el momento de evaluar daños y diseñar la recta final.

Una senda en la que se huirá de estridencias y más aún de la idea de un candidato desesperado. Así que frente a independentistas, soberanía nacional. Frente a populismos y radicales, Rajoy venderá “garantía de estabilidad”. Frente a la regeneración del resto, “el valor de la experiencia”. Siempre apelando al discurso del miedo, arremetiendo a muerte contra PSOE y Podemos. Esa es la estrategia. Lo dejó bien claro ayer en el arranque del curso político desde Soutomaior. “Lo peor que le puede ocurrir a nuestro país es esa coalición que algunos ya están preparando contra quien va a ganar las elecciones”, dijo.

Rajoy, que recibe esta semana a varios líderes autonómicos, es muy consciente de que “los pactos de perdedores”, así los ha bautizado, le pueden conducir por el mismo camino que a José Ramón Bauzá, Luisa Fernanda Rudi o Alberto Fabra. Por eso, para el próximo lunes 7 ya ha convocado al Comité Ejecutivo Nacional del PP. Ante los suyos marcará la estrategia a seguir para afrontar estos dos grandes retos. Y a los ciudadanos, les pedirá que le den “una oportunidad” para poder completar su tarea.

Para reforzar sus pasos, los que colaboran con él buscan devolverle la imagen de cercanía que perdió por el plasma. Los plazos apuran y la metamorfosis llega con toda una maratón de actos. Después de una legislatura de silencio, el presidente sale a la calle, se hace “selfies” y se toma unas cañas. Ayer, en un corrillo con periodistas, llegaba incluso a definirse “como el rey de las ruedas de prensa”. Hay que humanizarle. Aunque son varios los que en el PP piensan que esta táctica llega “demasiado tarde” y no basta ya para obtener respaldo.

Mientras él seguirá haciendo hincapié en su discurso económico que combinará con su presencia internacional. Rajoy viaja hoy a Alemania. Devuelve a Angela Merkel su visita de hace un año a Galicia. A ambos se les ha visto posando en varias postales: en un barco, por Chicago, contemplando la arquitectura, o en la catedral de Santiago. Ahora la foto será en un castillo que sirve como residencia de invitados al Gobierno alemán. Esta vez será un paseo con la canciller por un parque barroco y un bucólico lago, con cena en su honor. Mañana ambos comparecerán ante los medios y luego reunión con empresarios, donde también estarán presentes los ministros de Economía y Asuntos Exteriores, Luis de Guindos y José Manuel García-Margallo.

Con este encuentro Rajoy volverá a presumir de la recuperación de nuestro país. Para el equipo de la Moncloa, la foto con Merkel siempre “es un aval” que sirve, además, para contraponer con la situación de Grecia. Un tema del que, sin duda alguna, ambos mandatarios hablarán. De eso y, sobre todo, de la dramática crisis de los refugiados. También lo abordará con David Cameron, en la visita que el primer ministro de Reino Unido realiza a España el próximo viernes.

La imagen con Merkel volverá en todo caso a repetirse en octubre, cuando la canciller acuda a España para participar en un cumbre del Partido Popular europeo, que servirá a Rajoy como cartel electoral y pistoletazo de salida para su campaña.

Las generales son la prueba de fuego. Es todo o nada. Llega la hora del examen final y los populares tienen miedo del batacazo que se pueden dar. Muchos dan por hecho que pierden más de 40 escaños, que no salen las cuentas para alcanzar una acuerdo.

Los más cercanos a Rajoy insisten en lanzar un mensaje de optimismo, otros, más pesimistas, ya piensan en el día después, en un Congreso nacional en el que se debata su sucesión, en que se abra un tiempo para el PP, donde ya será difícil que el nuevo líder salga elegido a dedo y donde se pueda por fin enterrar una etapa marcada por la corrupción.

Mientras llega la hora de la verdad, Rajoy va entreteniendo al público. Carga contra las conspiraciones de la izquierda para derrocarle y todo lo deja, como en las series, para la siguiente temporada con su nuevo pack de promesas: en la próxima legislatura se abordará la reforma Constitucional, la electoral, la del sistema de financiación, se alcanzarán los 20 millones de puestos de trabajo y hasta para entonces se reforzará la democracia interna de su partido... Lo que sí deja cerrado son los Presupuestos, para que de seguir al frente, sea difícil condicionarle, y en el PP elaboran un nuevo programa que, tras los incumplimientos del de 2011, ahora miran con lupa.

Pero a los populares los que más les preocupa es que estallen nuevos escándalos. Esa es la nube más negra en su horizonte. Rajoy ha reconocido que le pasó factura no afrontar este asunto en la campaña de las municipales y autonómicas. Ahora se verá si lo hace con algo más que el manido respeto a los tribunales y apelando a que su Gobierno es el que más medidas de regeneración democrática ha puesto en marcha. En cualquier momento se le puede volver a cruzar en la agenda, siendo determinante. Sobre todo ahora que se fijarán los juicios de la trama Gürtel y la caja B del PP, con Bárcenas y Rato como protagonistas y con la Operación Púnica como remate final.

 
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