Pedro Casablanc: “Ya ha habido insultos por haber hecho la película sobre Bárcenas”
El actor estrena la serie de Antena 3 'Mar de Plástico' y la película 'B', sobre la declaración del extesorero del PP en la Audiencia Nacional
Para dar con los comienzos de Pedro Casablanc (52 años) en el mundo de la interpretación hay que remontarse a finales de los años 80, principios de los 90. Siempre con las tablas bajo sus pies, las del escenario, las que nunca ha dejado. Su gran amor, pese a sus continuos flirteos con la pequeña y la gran pantalla.
Sobre el escenario ha recibido el aplauso de público, crítica y compañeros. Admiración y respeto que se ha materializado en no pocos galardones; el más reciente, el Premio Ceres que, por unanimidad, recibió el pasado mes de agosto por sus interpretaciones en las obras 'Hacia la alegría', y 'Los cuentos de la peste'. "El teatro es más sacrificado", confiesa Casablanc que, aunque sus verdaderos apellidos sean Ortiz Domínguez, homenajea así a la ciudad de marroquí que lo vio nacer.
Acude al Festival de Televisión de Vitoria a presentar 'Mar de plástico', un nuevo thriller de Antena 3. [VER CRÍTICA DE LA SERIE]. "Cuando has hecho tanto, tanto teatro… te da un bagaje y un entrenamiento que, cuando llegas a una serie, todo lo de memorizar pasa a un tercer plano. Solamente te tienes que dedicar a jugar, a interpretar jugando y a disfrutar de ese momento desde que dicen acción hasta que dicen corten, que es muy corto, pero muy intenso". Y jugar, juega en esta serie a ser un terrateniente andaluz -Juan Rueda- de los que se creen con el dinero suficiente y el derecho como para comprar el pueblo y las personas que viven en él. De esos para quienes una persona vale tanto como de ella pueda servirse.
Pero a Pedro, actor preciado como es, no le faltan propuestas de juegos. No es 'Mar de Plástico' el único proyecto en el que participa que en pocos días subirá el telón. Lo hará también 'B' -estreno 18 de septiembre-, la película que narra la declaración de Luis Bárcenas en la Audiencia Nacional ante el juez Ruz y que supone la adaptación al cine de la obra que también protagonizó en el Teatro del Barrio. Es otro juego con el que, probablemente, no llegue a los millones de personas que sí lo hará con la serie. Aunque este invita a la reflexión, intenta remover al espectador y ayudarle a que abandone su postura de mero observador para reencontrarse con su naturaleza de animal político de la que tanto hablaron los griegos. Los griegos… esos sí que sabían y apreciaban el teatro… ¡Qué pena que muchos de los gobernantes de ahora no tengan el mismo aprecio por la cultura!, pensará un hombre como Casablanc. Siempre quedarán artistas artesanos como él, que honran la profesión cada vez que deciden ponerse a jugar.
¿Qué le hace más ilusión a un actor como tú, curtido en mil batallas: acudir a presentar un nuevo proyecto -con los tiempos que corren- o recibir el premio Ceres en el Festival de Teatro de Mérida, concedido por unanimidad?
[Piensa] Recoger el premio Ceres ha sido una de las mayores alegrías de mi carrera. Era absolutamente inesperado y, además, fue por votación unánime.
Son dos cosas muy diferentes. Lo del premio es un reconocimiento a mi trabajo que, al no esperártelo, resulta un regalo fantástico. Y venir al FesTVal de Vitoria a presentar un nuevo proyecto de gran calidad como es 'Mar de Plástico' pues también es una gran ilusión. Tengo la inmensa fortuna de que puedo elegir hacer proyectos interesantes.
Cuando la gente vea 'Mar de Plástico' y vea a tu personaje, ¿crees que van a pensar: facinerosos así, como Juan Rueda, son los culpables de la crisis; o crees que pensarán que Rueda es un terrateniente déspota, sin darle más vueltas al asunto?
Pues no lo había pensado esto, pero estaría muy bien que se plantearan ese tipo de cosas. Un explotador, que no tiene escrúpulos explotando inmigrantes… Pues, efectivamente, puede ser uno de los que han contribuido a que se dé una terrible situación con la inmigración como la que se vive en estos momentos.
Ese tema más social o más político… está en la serie, pero todo está más centrado en el thriller. Juan Rueda es un tipo corrupto y corruptor, un chantajista que ha hecho negocios fuera de la legalidad…
No hace mucho se te pudo ver como uno de los grandes personajes de las temporadas primera y segunda de 'Isabel', pero si echamos la vista atrás, te encontramos en otra serie de Antena 3, 'Policías'. ¿Ha cambiado mucho la tele de aquella época hasta ahora?
Pues no sé… Soy muy mal espectador de televisión, prácticamente no veo televisión. Es verdad que, desde 'Policías' hasta ahora, no he parado de estar en proyectos y sí que he visto que técnicamente hemos avanzado muchísimo. Estamos a un grandísimo nivel. Los guionistas tienen que seguir currando, es lo más difícil. La base de una buena historia es un buen guion.
Y la tele ha cambiado en que ahora hay muchísima más competencia. Hay muchísimos más realities que, a mí particularmente, no me interesan en absoluto. Eso no lo veo: no me interesa cómo un señor hace unos espaguetis y no te digo ya las ventosidades del hijo de la Pantoja. Creo que hay unas cadenas que centran mucho su audiencia en eso y creo que eso contribuye a que baje el nivel de pensamiento de los espectadores. No deberíamos dejar ir por allí.
Precisamente, para que el nivel de pensamiento de los espectadores no baje, tienes un proyecto, a punto de estrenarse que es 'B', la película en la que encarnas a Luis Bárcenas ¿en algún momento dijiste: por qué me estoy metiendo yo en camisas de 11 varas?
¡Qué va! A mí me estimula muchísimo este tipo de retos. Cualquier reto en el trabajo siempre me motiva mucho. Esto nace por una idea de Alberto San Juan de hacer teatro político en el Teatro del Barrio. A mí me parecía interesantísimo: con las cosas que están pasando, alguien tiene que denunciarlas a nivel artístico, usando el arte. Yo me ofrecí a colaborar y, al poco tiempo, recibí una llamada suya con un texto de Jordi Casanovas que era la declaración editada y dramatizada de Bárcenas ante el juez Ruz. Me pareció un experimento interesantísimo que no sabíamos en qué iba a quedar. Ensayamos muy poco tiempo, era un texto muy difícil, pero aún así tuvimos una repercusión de público fantástica.
Y sí, da que pensar. Esa declaración en la que Luis Bárcenas explica los entresijos financieros del PP, cómo se maneja la caja B, el dinero negro y cómo se lleva cada uno el dinero que le apetece… Está hecho de una manera tan descarada y tan chapucera, que la gente que no ha leído esas 4 horas de declaración -que se redujeron para el espectáculo-, sale pensando y reflexionando sobre el momento en el que estamos.
Una de las personas que fue a ver esto al teatro fue David Ilundain, el director y guionista de la película. Estoy muy contento por este proyecto y orgulloso de poder aportar un granito de arena en eso que tú dices: colaborar en una película que va a hacer a la gente conocer lo que está ocurriendo. Y hacer un tipo como a Bárcenas es un privilegio. Es un tipo como para una serie.
Porque no os habéis inventado nada en la peli…
No, es una película prácticamente documental. Todo lo que se dice es real, no hay nada inventado.
Supongo que habrá espectadores que se incomoden y se molesten al ver la película. Si es real, si lo que contáis ha pasado de verdad… ¿por qué aún habrá gente que salga del cine farfullando o que la critique su mera existencia, sin verla? ¿Hay gente que no quiere ver?
Efectivamente, hay mucha gente que no quiere ver… y la gente que no quiere ver va a seguir sin ver. En las redes sociales ya ha habido, incluso, insultos por haber hecho esa película.
Que la política es corrupta, sea del signo que sea, desgraciadamente está a la orden del día. Pero da la impresión de que a la gente no le importa. Muchas de las personas que irán a ver la película o que han visto la función de teatro, están convencidas de que eso es así, pero me gustaría que pudiéramos tener otro tipo de espectadores: votantes del PP o al señor Bárcenas. Nosotros decimos lo que él quiso decir, no hay parodia ni burla. Yo me he tomado ese trabajo con mucha seriedad.
El problema es que yo creo que estamos inmunizados ya ante la desgracia y ante la corrupción; necesitamos algún tipo de revolución. Por ejemplo, en estos días, con lo de la foto del niño muerto en la playa, esto hace que la gente se movilice. Ojalá.
Por otro lado, cuando la veo en redes sociales mezclado con la foto del gato de un señor o del desayuno del otro, tengo miedo de que esa foto del niño se convierta en algo más. Hace años, cuando el tsunami, recuerdo ver a unos chavales en un bar mirar las imágenes del tsunami ¡riéndose! Hemos entrado en una dinámica en la que parece que todo es ficción, que todo forma parte de la misma salsa mediática en la que todos nos damos golpes de pecho… pero algo hay que hacer.
Desde la distancia -imagino que no has charlado con él- ¿cómo te has acercado tú a la figura de Bárcenas?
No sé cómo es. Yo solamente puedo saber cómo es por las grabaciones que hay. Tú puedes crear un personaje desde su estructura exterior o desde lo que siente. En el caso de un personaje que existe, que es real y lo puedes ver (sabes cómo se mueve, cómo habla), lo externo es a lo primero que yo me agarro.
Me parece un tipo con mucha personalidad, mucho carisma… Un tipo simpático, un poco golfo -parece ser-, pero dentro de ese carácter español pícaro. Es un señor elegante, habla a mucha velocidad, con un timbre agudo… Estas características son las que hacen que yo me configure el traje externo.
También hay que entrar en la situación de aquel día, de este señor que está entre la espada y la pared, habiendo sido amenazado él y su mujer, teniendo que ocultar cosas, destapar otras… Es una situación dramática muy compleja. Eso es lo que va en las emociones o en el comportamiento interno del personaje.
En teatro estamos viendo una auténtica eclosión de obras que ponen el foco sobre esa cara oscura de política y del poder. ¿Por qué no trasciende esto a la ficción televisiva?
Sí, ¿por qué no hacemos 'House of cards'? Claro… Aquí tenemos la lacra de que nuestro cine es subvencionado. La película 'B' no la ha querido subvencionar absolutamente nadie. La hemos hecho a través de crowdfunding. Esa es una de las mayores lacras.
Fíjate. Cuando hacíamos 'Policías' no se podía hablar de ETA en toda la serie… y mira que había casos entonces… ¿Por qué no se podía contar un caso? ¿Por qué tenían que ser todo casos domésticos?
Creo que el problema es que estamos agarrados por los huevos en el tema de financiación y subvenciones.