Dos casos más de brutalidad policial y, una vez más, mismo escenario: Baltimore y Delaware (Estados Unidos). La policía de Baltimore, en Estados Unidos, ha publicado un vídeo este viernes en el que se puede ver a un agente disparar contra un joven negro desarmado, que poco después falleció por las heridas de bala. En las imágenes se observa que el chico finge arrojar un arma después de que fuese apresado por un delito relacionado con las drogas. El incidente ocurrió el pasado miércoles 23 de septiembre en Maryland. El informe policial recoge que el agente Earomirski disparó a Keith McLeod, de 19 años, después de que éste tratase de obtener una receta de forma ilegal en la farmacia. Estas imágenes salen a la luz justo cuando se conoce que las autoridades de Baltimore pagarán 6.4 millones de dólares a la familia de un joven negro muerto en abril tras ser arrestado por la policía, un episodio que desencadenó violentos disturbios en esta ciudad del este de Estados Unidos. Un tribunal penal de Baltimore rechazó el miércoles los recursos presentados por seis policías acusados de la muerte de Freddie Gray. El segundo suceso de brutalidad policial ha tenido lugar este jueves en Wilmington, localidad perteneciente al Estado norteamericano de Delaware. En este caso, tres agentes de la policía abaten a tiros a Jeremy McDole, un joven de 28 años en silla de ruedas. En el vídeo colgado en el portal YouTube se puede ver cómo los agentes piden al joven que levante las manos y tire el arma. A continuación, el joven se echa las manos a la altura de la cintura, momento en el que los policías aprietan el gatillo y abren fuego. Un día después del tiroteo, el jefe de policía Bobby Cummings señaló que McDole «estaba armado» e «intentando alcanzar el arma». Sin embargo, según apuntan medios locales, la familia de McDole ha disputado las conclusiones policiales y han pedido abrir una investigación. La madre del joven reitera que su hijo no iba armado. «Esto ha sido un asesinato», afirmó. «Lo siento por los oficiales y la familia del señor McDole, ya que este encuentro lamentablemente terminó con la pérdida de su vida», dijo Cummings. «Sé que este incidente podría afectar las relaciones de la policía y de la comunidad, por lo tanto, se asegurará se llevará a cabo una investigación exhaustiva y transparente», concluyó el jefe de policía local. Estos dos nuevos casos reabren las heridas en la comunidad afroamericana en Estados Unidos y suponen otra mancha más en el historial de la Policía norteamericana, salpicado de nuevo por la falta de sensibilidad y de diversidad cultural, y su facilidad para apretar el gatillo.