El puerto privado de Sarko y Bruni
El puerto de Montecarla, en Francia, tendrá su rompeolas y muelle privado para que Nicolas Sarkozy y Carla Bruni puedan esquiar al abrigo de los paparazzi
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París
La mansión de la familia de Carla Bruni, esposa del expresidente Nicolás Sarkozy en la Costa Azul, tendrá pronto su propio puerto privado con rompeolas y todo. La cala situada en el privilegiado Cap Nègre, en un paraje considerado de “interés ecológico y protegido por la Ley del Litoral francesa”, tendrá su propia muralla de protección, de 40 metros de longitud y 12 de ancho.
La suegra de Sarko, Marisa Bruni-Tedeschi, ha logrado con ciertas argucias una autorización para “renovar” un antiguo malecón reducido a peñascos aislados desde hace décadas.
Carla Bruni y Nicolas Sarkozy, disfrutando en Cap Negrè / REUTERS
Las “maniobras” marítimas han comenzado ya, con la llegada de grúas y expertos a la zona, según relata este miércoles Le Canard Enchaîné. “Los ecologistas van a estar encantados”, añade. El muro se elevará dos metros sobre la superficie marítima. “Si Sarko practica el esquí acuático, detrás, quedará invisible”, ironiza el semanario francés.
Antes de conseguir el permiso de obras en el paraje natural, la señora Bruno-Tedeschi ha tenido que renovar “la autorización de ocupación temporal” de un zona pública, por la que paga desde hace 45 años unos 15.000 euros anuales.
El muelle-rompeolas se elevará justo a los pies de la casa donde la familia de Sarkozy pasa las vacaciones desde su matrimonio con la modelo y cantante. El presupuesto de la obra está cifrado en 299.901 euros, tanto como la factura de dos conferencias del ex presidente Sarkozy. Pronto el Cap Nègre pasará a llamarse Montecarla o Puerto Sarko, sugiere Le Canard.
La residencia de la madre de Carla tiene diez dormitorios, todos con baño y vistas al mar. Durante la etapa presidencial de Sarkozy acogió a personalidades del mundo político como Tony Blair, Jacques Chirac o Rania de Jordania, entre otros. O amigos de la cantante como Leornardo di Caprio y Naomi Campell.
Marisa Bruni-Tedeschi presumía que sólo el fotógrafo Helmut Newton había tenido el privilegio de fotografiar la casa, inmortalizando las curvas de Carla en el piano del salón en 1992. Pero en 2013 no pudo resistir abrir las puertas a la revista Vanity Fair.
