Concluye la operación en Bruselas sin rastro del sospechoso de los atentados
La policía belga creía tener acorralado a Salah Abdeslam, implicado en los atentados en París, en una casa del barrio de Molenbeek pero finalmente no estaba allí
Bruselas
La operación termina con una persona arrestada cuya identidad no se ha comunicado y algo más de tensión entre los ciudadanos de un barrio que rechaza ser estigmatizado por su cultura árabe. "Yo vivo aquí y quiero que terminen las amalgamas", nos decía enfadada una vecina. "Hay jóvenes perdidos, es verdad. Pero la policía los trata a todos con evidente rudeza y eso no ayuda a nada”, explica.
Los problemas de radicalización empezaron "hace aproximadamente 15 años", nos cuenta otra vecina muy vinculada a la actividad vecinal en el barrio. "Yo entré con las mujeres en los primeros ciclos de charlas femeninas, en las mezquitas y vi como vendían libros y velos". Velos de todos los colores, a juego con las túnicas pueden comprarse hoy en la Chausee de Gand, la calle central donde las tiendecillas venden de todo y cualquier cosa a un precio excepcional. Hay gente en todas partes y en los bares está prohibido el consumo de alcohol.
"Aquí vivimos bien y yo no tengo miedo", nos dice otra mujer. Pocas personas quieren darnos su nombre pero muchas aceptan hablar para el micrófono de la Cadena SER cuando saben que somos una radio española. Y es que lo que cuentan del barrio en los medios belgas no parece gustarles aunque aceptan que la tensión entre con unidades ha ido aumentando con la islamización de las costumbres.
Para el gobierno belga "Molenbeek necesita un plan muy especial", según ha dicho el ministro del Interior. Jan Jambon ha anunciado que él mismo "iba a asumir la dirección del plan" mientras la alcaldesa del barrio se queja por falta de instrumentos.
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Un debate que en Molenbeek es viejo. Su exalcalde, un viejo socialista desbancado hace ahora tres años es el chivo expiatorio de la coalición de gobierno entre los liberales y la derecha flamenca. Pero él, Philippe Moureaux, ha declarado en varias entrevistas que el gobierno quiere, con las acusaciones esconder con debates políticos un "enorme fallo de los servicios de inteligencia". Una opinión que comparten muchos de los vecinos para quienes parece inaceptable que muchas informaciones hablen de los problemas de integración en lugar de la existencia de la presunta célula terrorista.