Antena 3 estrena los nuevos capítulos de 'Bajo Sospecha' y asume su error con el personaje de Blanca Romero
La segunda temporada estará ambientada en un hospital y presume de elenco notable y mediático
Madrid
'True detective' arrancó la segunda temporada con el objetivo de estar a la altura de lo visto en su primera entrega, de no estropear el legado. Cambiaba todo: personajes, entorno, estructura, dirección, tramas… pero HBO se afanaba en vender la marca, el sello 'True Detective'. Meses después, HBO ha acabado asumiendo las culpas del fracaso sin paliativos que ha supuesto esta última entrega de su serie.
'Bajo sospecha', por el contrario, afronta esta segunda temporada vendiendo el cambio, la novedad. En el dossier de prensa, cuatro máximas resaltan por encima del nombre de la serie: "Nuevo caso. Nueva temporada. Nuevos personajes. Nuevos sospechosos". Esto mismo que podría decirse de cualquier thriller policiaco seriado -y que se omite por obvio-, en 'Bajo sospecha' se resalta. Toca tomar distancia con respecto a la temporada uno; exitosa en audiencia, decepcionante en su contenido.
Así que si HBO ha tenido que entonar el mea culpa en lo tocante a la segunda temporada de su 'True detective', Antena 3 hace lo propio con la primera temporada de 'Bajo sospecha' prometiendo limar y corregir sus imperfecciones de cara a esta segunda oportunidad.
Uno de esos deslices que le acompañó durante los ocho capítulos (iban a ser diez, pero se re-montó chapuceramente) que compusieron la primera temporada fue el de poner en manos de Blanca Romero un personaje protagonista que, o bien ella no supo dotarle de expresividad ni vida, o bien la mayoría de espectadores y críticos no supieron pillarle el punto a su interpretación. Tras la ardua defensa que productora y cadena hicieron de su trabajo, sucede que el Blanca Romero es el único personaje policiaco de la serie que no continúa en esta segunda temporada. Una casualidad que la actriz tiñó de causalidad al atribuir su salida de la serie como fruto de "una mano negra".
Cuestionada por la Cadena SER en rueda de prensa, Sonia Martínez -directora de Ficción de Atresmedia- ha explicado los motivos de por qué 'Bajo Sospecha' no ha contado con Blanca Romero en esta segunda temporada: "Con respecto a la mano negra famosa… El único problema que hubo con el personaje fue que nosotros no lo diseñamos bien. Y ya está. No lo diseñamos bien y ese diseño no aguantó para la segunda temporada. No hay ninguna razón más ni menos. Simplemente, nos equivocamos al diseñar el personaje".
Una 2ª temporada que corrige errores
Con o sin Blanca Romero -y con lo que le costó a Antena 3 tomar la decisión de renovar la serie pese a sus excelentes audiencias-, la pregunta es ¿vuelve mejor 'Bajo sospecha' o es lo que ya se vio el año pasado?
Al menos, el piloto de esta segunda temporada mejora al de la primera. Más ágil, más dinámico, mejor interpretado y sin convertir a cada personaje en un posible sospechoso desde el primer minuto. Juega con el espectador, pero sin insultar su inteligencia. Y engancha. Después de padecer la primera temporada de 'Bajo sospecha' y comprobar su decepcionante evolución, es pronto para extraer conclusiones generales con el visionado de un único capítulo.
Sí se puede concluir que la serie continúa arrastrando algunos vicios que se suavizan en esta nueva entrega. De nuevo, sus policías se infiltran en el entorno de las víctimas con una rapidez y naturalidad inusitadas; de nuevo, el espectador tiene que creer -porque sí- que el culpable solo puede pertenecer a ese entorno. Se vuelve a destruir pruebas clave en el último momento, se producen misteriosas llamadas telefónicas, oportunas casualidades… Amén de licencias que se han tomado como que una clínica privada española tenga un departamento forense al estilo CSI o de que uno de los policías infiltrados acceda a ordenadores y recupere datos eliminados en cuestión de segundos. Ni Anomymous cuenta con unos hackers tan preparados.
Interpretativamente, 'Bajo sospecha' sí se mueve para bien, aunque se eche de menos a Alicia Borrachero, la mejor actriz de la primera temporada. Amplía el número de personajes configurando un reparto en el que, prácticamente, todos los actores y actrices podrían ser los protagonistas de una serie en España, todos por nombre y la gran mayoría por talento y capacidades. Conviene recordar que lo uno no es sinónimo de lo otro.
Yon González (Víctor) , Lluis Homar (comisario Casas) y Vicente Romero (Vidal, de lo mejor de la serie) conforman el trío policial que habrá de investigar una desaparición de una enfermera francesa a la que se le unirá la muerte de otra de las enfermeras del hospital. Se verán obligados a cooperar con dos agentes de la policía francesa (Mar Sodupe es Shopie y Hugo Becker es Alain). Es decir, como no cuajó el rollo de la parejita policial entre los personajes de Yon González y Blanca Romero, ahora se enfrentan métodos y puntos de vista tan diferentes como los que hay entre franceses y españoles. Es ahí donde aparecen tímidos esbozos de comedia que se podían haber ahorrado (la conversación en clave de fútbol entre Víctor y Alain es sonrojante)
José Luis García Pérez, Luisa Martín, Israel Ejalde o Gonzalo de Castro serán importantes activos de cara a esta segunda temporada en la que Concha Velasco aparece demasiado rígida y, por momentos, sobreactuada en un rol de maléfica y fría gerente del hospital. Cabría esperar más de quien simboliza la joya de la corona de un reparto, quizá, excesivamente numeroso como para poder disfrutarlo de manera individual.
En guion, el equipo fuerte de Bambú Producciones (Ramón Campos, Gema R. Neira, Cristóbal Garrido) se mantiene al frente de la serie con la incorporación de Carlos Portela -que también hace labores de producción ejecutiva- o Diego Sotelo. En la dirección, 'Bajo sospecha' cambia de manos, pasa de Silvia Quer y Jorge Sánchez-Cabezudo a Jorge Torregrosa y Miguel Conde. En este punto, y tras haber estrenado 'Vis a vis' y 'Mar de plástico' que ofrecen interesantes propuestas con la cámara, Antena 3 da un paso atrás. La dirección en 'Bajo sospecha' es correcta, pero insulsamente convencional; priorizando planos muy cerrados de personajes que, entre otras cosas, disimulan la carencia de figurantes (el hospital de la serie es tan tranquilo como una capilla).
En definitiva, -y a falta de ver cómo evoluciona durante los 10 episodios- 'Bajo Sospecha 2' se perfila como una serie más madura, con menos fisuras y de más empaque que lo visto en su primera temporada. En 2015, 'Bajo sospecha' no fue la serie del año; en 2016, tampoco lo será, aunque nadie podrá decir que no es una buena serie.