Se reanuda el juicio por el caso Nóos con el interrogatorio al exgerente
Marco Antonio Tejeiro ha confirmado el desvío de fondos públicos a empresas de Iñaki Urdangarin y Diego Torres y la contratación de empleados fantasma por parte de Aizoon
Palma de Mallorca
La declaración de Marco Antonio Tejeiro va camino de convertirse en la más larga del juicio por el fraude del Instituto Nóos. El fiscal, Pedro Horrach, va factura a factura, email a email, preguntando al acusado que llegó al inicio de la investigación a un pacto con anticorrupción para apuntarse en la lista de los arrepentidos. Es un testimonio clave, ya que desde su puesto de director general del Instituto Noos tuvo conocimiento del entramado empresarial que rodeada a la entidad. Tejeiro no dudó en asegurar que el entramado tenía unidad de acción, gestión y administración. Todo el conglomerado societario era en realidad una única empresa.
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El acusado ha revelado hasta el momento las prácticas corruptas de Iñaki Urdangarin y Diego Torres. El instituto Nóos recibía el dinero público para los proyectos adjudicados en los que solo invertía una pequeña parte. El resto salía a empresas vinculadas a los exsocios y presuntos cabecillas del fraude. Tejeiro confeccionaba las facturas falsas "para ver si colaban" y, siguiendo sus órdenes" repartía entre ellos los beneficios al 50% para "vaciar la caja del Instituto Nóos". Dentro de ese desvío de fondos había una estructura societaria en paraísos fiscales que Tejeiro solo ha vinculado con su cuñado, Diego Torres.
Según un informe de la Agencia Tributaria incorporado a la causa, el importe total de las facturas que se cruzaron dentro del conglomerado empresarial llegó a ascender a ocho millones de euros. Hacienda precisa que en 2004 la facturación que se efectuó entre las propias empresas de la trama por trabajos supuestamente fictios ascendió a 1,4 millones, mientras que en 2005 fue de 2,1 millones, en 2006 de 2,2, en 2007 de 1,7 y en 2008 de 412.225 euros.
Tejeiro también confirmó la contratación de empleados fantasma por la empresa Aizoon que comparten al 50% Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin para obtener beneficios fiscales.