Un médico recomendó a Lubitz tratarse en un psiquiátrico antes del accidente
El informe final del accidente confirma que el avión estuvo 10 minutos descendiendo y que durante más de 3 minutos se oyeron golpes en la cabina que trataban de disuadir a Lubitz
París
Un doctor recomendó al piloto de Germanwings, Andreas Lubitz, que fuese tratado en un hospital psiquiátrico dos semanas antes del accidente en los Alpes franceses. Esta ha sido una de las conclusiones a las que ha llegado el informe final sobre el accidente, que ha sido presentado este domingo por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA).
Los investigadores han ratificado la intencionalidad con la que Lubitz estrelló el avión contra las montañas el 24 de marzo de 2015, costándole la vida a los 150 pasajeros que viajaban a bordo de la aeronave. La investigación ha confirmado que el piloto probó con altitudes similares de descenso en el vuelo de ida previo.
El informe ha podido hacer una reconstrucción de los últimos minutos antes del choque. Los investigadores han asegurado que el proceso de descenso duró alrededor de 10 minutos y que durante 3 minutos y medio se pudieron escuchar golpes en la cabina, que intentaban persuadir al piloto de la acción.
La presentación ha abordado ampliamente el historial médico de Lubitz. De agosto de 2008 a julio de 2009 se le diagnosticó depresión sin atisbo de brotes psicóticos, llevándole a tomar medicación. En la prueba de certificación de actitudes de 2009 responde favorablemente a la presencia de antecedentes de hospitalización. Pese a estos episodios, se le concede la prórroga de la validez de sus aptitudes desde 2010 a julio de 2014. Una valoración realizada cada año por un psiquiatra.
El 2015 es uno de los años en el que Lubitz reúne mayores complicaciones de salud. En los primeros meses, sufre problemas de visión y sueño. Toma depresivos y un médico privado le diagnostica psicosis. Dos semanas antes del accidente le recomienda un tratamiento en un hospital psiquiátrico. De hecho, los investigadores ha confirmado que en el momento del accidente el piloto había recibido un documento que certificaba su baja por enfermedad. Pese a que estos médicos privados sabían de la enfermedad de Lubitz, ninguno advirtió de manera alguna a la aerolínea.
Además, la BEA ha aprovechado la presentación de las conclusiones para lanzar recomendaciones en materia de seguridad "para efectuar un análisis regular de la discapacidad de vuelo, en particular derivadas de problemas psicológicos y psiquiátricos".
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