Internacional
ATENTADOS EN BRUSELAS

La no detención de Najim Laachraoui

Policías vestidos de paisano y con pasamontañas para ocultar su rostro, otros de uniforme y chalecos antibalas y fuertemente armados, han custodiado hasta las 3 de la tarde la entrada a esta vivienda de 3 plantas donde se han llevado a cabo las pesquisas policiales

La Policia belga sigue en la vivienda de la calle Busselenberg donde habría detenido a un sospechoso / NICOLÁS CASTELLANOS

Bruselas

Decenas de cámaras y de reporteros delante del número 64 de la calle Busselenber de Anderlecht, donde desde primera hora se estaba realizando una operación de la policía belga de la que se creyó que podía dar como resultado la captura de uno de los terroristas que aparecen en las imágenes captadas por las cámaras del aeropuerto del a capital belga, sin embargo el sospechoso detenido no era finalmente Najim Laachraoui, el terrorista que huyó del aeropuerto de Bruselas y que sigue siendo el hombre más buscado.

Los vecinos aseguran que no han escuchado nada extraño esta mañana y que están sorprendidos porque en esa vivienda en teoría hasta hace poco sólo vivía una pareja de abuelos

A mediodía diversos medios belgas publicaban supuestas exclusivas que incluían en gran titular de la detención del hombre más buscado como uno de los pregunto autores de los atentados, y en particular de las explosiones de primera hora de ayer en el aeropuerto de la capital belga, pero no, el registro policial que ha acabado a las tres de la tarde se ha saldado con la detención de un sospechoso de poder haber colaborado con los terroristas, del que no se conoce su identidad, y con la incautación de varias cajas con material que ha sacado la policía de esa vivienda de Anderlecht donde la única huella del paso de los agentes es un cristal roto de la puerta del portal .

"Da miedo pensar que ese terrorista pueda vivir aquí en el barrio, uno nunca piensa que los criminales se puedan esconder cerca de nosotros, levantarte y escuchar que estaban buscando a los terroristas en nuestra comuna es un shock, es una sensación de incertidumbre y al final como el detenido no es el famoso terrorista pues seguimos inquietos", nos contaba delante de su parroquia Jehison Herrera, un joven cura colombiano instalado hace años en Anderlecht.

Los medios se congregan a la puerta de la casa registrada / NICOLÁS CASTELLANO

Los vecinos en realidad no se han enterado de nada hasta que al salir a la calle para irse al trabajo o llevar a los niños al colegio se han encontrado con un cordón policial en torno al 64 de la calle Busselenber. La operación policial ha sido llevada a cabo con tanto sigilo en esta calle Busselenber de Anderlecht que ni los vecinos de la vivienda de al lado se han enterado de nada de lo que sucedía, "no escuché nada, solo me di cuenta de que pasaba algo cuando salí y vi a los policías con los pasamontañas y con los brazaletes que los identifican, pero no hemos notado nada hasta que intentamos salir de casa para ir a clase y hemos visto todo esto", asegura esta joven que vive justo en el portal de al lado de la vivienda de 2 plantas donde 4 agentes, dos de paisano y con pasamontañas y otros dos con uniforme chalecos antibala y armados con fusiles impedían la entrada.

Otra vecina que vive en frente nos ha contado que desde ayer está pasando tanto miedo que se plantea dejar Bélgica porque tiene "mucho miedo de que le pase algo a mis hijos", dice Placinta, una madre Rumana que lleva más de 15 años en Anderlecht y que está "dispuesta a vender mi vivienda y volver con mis hijas a su país, hoy a las niñas no las he enviado al colegio por miedo, no me fío de este ambiente y al ver en los medios que había un sospechoso en la casa de enfrente a la que yo vivo he llamado a su marido para decirle que tenemos que estudiar el marcharnos de Bélgica , en mi país podemos vivir más tranquilos", asegura Placinta, todavía nerviosa a mediodía "estamos intranquilos, no sabemos quién es el sospechoso que vivía ahí y encima el terrorista más buscado sigue suelto", lamenta esta madre.

Salvo esta calle plagada por unas horas de reporteros de medio mundo, en la habitual marabunta de cámaras y micrófonos que persigue los supuestos puntos calientes tras unos atentados de este tipo, y que ya ha recuperado esta tarde la absoluta normalidad, el resto de Anderlecht sigue con su actividad rutinaria muy pendiente de los medios de comunicación el día después de los ataques, sorprendidos por saber que un sospechoso vivía en el barrio y que siguen preguntándose donde estará el tercer terrorista de las fotografías del aeropuerto.

 
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