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Todos los conflictos acaban en Etiopía

Cinco testimonios de los cinco grandes conflictos que afectan a la zona

Zaid, a la derecha, huyó de la guerra de Yemen y vive ahora en Etiopía / NICOLÁS CASTELLANOS

Zaid, a la derecha, huyó de la guerra de Yemen y vive ahora en Etiopía

Eritrea, una de las peores dictaduras del mundo

Una de las familias refugiadas eritrea que el JRS y Entreculturas apoyan en Addis Abeba

Una de las familias refugiadas eritrea que el JRS y Entreculturas apoyan en Addis Abeba / NICOLÁS CASTELLANO

Una de las familias refugiadas eritrea que el JRS y Entreculturas apoyan en Addis Abeba

Una de las familias refugiadas eritrea que el JRS y Entreculturas apoyan en Addis Abeba / NICOLÁS CASTELLANO

Addis Abeba

5.000 eritreos huyen cada día de uno de los peores países del mundo en materia de violación de los derechos humanos, 140 mil han buscado refugio en Etiopía. De Eritrea ha tenido que huir con toda su familia Salomón.

Lleva dos años viviendo en un piso alquilado en las afueras de Addis Abeba. El alquiler, ayuda para comer y para la educación de sus dos hijos se lo aporta Entreculturas, que asiste a las familias más vulnerables. Salomón, de 43 años, está postrado en una cama desde que sufrió un accidente de tráfico, lo cuida su mujer Lemlem, de 26 años. "Me obligaron a ser soldado durante 11 años sin recibir nada de salario, en Eritrea es muy difícil poder sacar adelante a tu mujer y a tus hijos, no hay libertades, es una dictadura, tuvimos que salir para poder tener una vida. ¿Volver a Eritrea? Imposible para mí y para mi familia, si vuelvo me meterían en la cárcel por haber salido del país".

Sudán del Sur, guerra, hambre y muerte en el país joven del planeta

Sera Simon, de Sudán del Sur refugiada en Adis Abeba

Sera Simon, de Sudán del Sur refugiada en Adis Abeba / NICOLÁS CASTELLANO

Sera Simon, de Sudán del Sur refugiada en Adis Abeba

Sera Simon, de Sudán del Sur refugiada en Adis Abeba / NICOLÁS CASTELLANO

281.000 sudaneses del sur se han refugiado en Etiopía, son la nacionalidad mayoritaria de los casi 800.000 refugiados que viven en este país. De Juba, la capital de Sudán del Sur ha tenido que salir Sira.

Con 21 años y dos hijos de 7 y 2 años respectivamente, Sira Simón llegó a suelo etíope tras caminar durante 4 días con sus hijos a cuestas hasta que un camión los recogió cerca de la frontera. Atrás ha dejado un Sudán del Sur con más de 5 millones de personas en inseguridad alimentaria y una guerra entre dinkas y nuer que no cesa.

"Dejé mi país porque en mi país hay muchos problemas, no hay paz. Hoy mismo, estamos hablando aquí, si me fuera a dormir en mi país por el camino es probable que alguien te mate, Sudán del Sur es un muy mal lugar para vivir y en Etiopía hay libertades, es un buen país, nadie te va a atrapar. Pero, me gustaría seguir hacia Europa porque cuando llegue allí mi vida va a cambiar, todo será diferente, quiero un buen futuro para mis hijos. Lo malo de Etiopía es que hay violaciones a las mujeres que como yo llegamos sin marido, el mío está en Juba. Pero no iré a Europa por mar, si me lleva directamente el ACNUR iré", afirma esta joven madre.

Sudán, Darfur y casi 40 años bajo el yugo de Omal Al Bashir

Abraham, de Sudán, junto a su mujer y una de sus hijas

Abraham, de Sudán, junto a su mujer y una de sus hijas / NICOLÁS CASTELLANO

Abraham, de Sudán, junto a su mujer y una de sus hijas

Abraham, de Sudán, junto a su mujer y una de sus hijas / NICOLÁS CASTELLANO

40.000 sudaneses viven en campos en el interior de Etiopía. A la mano de hierro del dictador Al Bashir que lleva a cabo un genocidio en Darfur desde hace años se suman las consecuencias de la sequía de la que ha huido Abraham.

Salió en 2011 de Sudán, en la anterior gran sequía del Cuerno de África. El campo de refugiados de Sherkole fue el primer refugio para él, su mujer y sus 5 hijos, hasta hace 3 meses cuando una de sus hijas fue violada y contagiada de sida por su agresor. Ahora, Abraham James, de 28 años y su familia, reciben asistencia en el único centro para refugiados que hay en Addis Abeba, el del Servicio Jesuita a Refugiados.

"Dejamos el campo de refugiados porque tuvimos un incidente, tengo una niña, mi hija mayor, que fue violada por un hombre con SIDA, y entonces nos trasladaron aquí a Addis en un programa de protección. Ella tiene 13 años, él cogió a la niña en el camino, la violó y él es positivo de VIH, llevamos a la niña al hospital y está contagiada, el test dio positivo"

República Democrática del Congo, la fábrica de refugiados de los Grandes Lagos

Merera, de la guerra del Congo a un apartamento a las afueras de Adis Abeba donde le ayuda Entreculturas

Merera, de la guerra del Congo a un apartamento a las afueras de Adis Abeba donde le ayuda Entreculturas / NICOLÁS CASTELLANO

Merera, de la guerra del Congo a un apartamento a las afueras de Adis Abeba donde le ayuda Entreculturas

Merera, de la guerra del Congo a un apartamento a las afueras de Adis Abeba donde le ayuda Entreculturas / NICOLÁS CASTELLANO

Cinco millones de muertos en las múltiples fases de una guerra que sigue activa. Es la mina de los materiales con las que fabricamos nuestros modernos dispositivos electrónicos. Y también el lugar del mundo donde se viola a más mujeres al día. De allí, ha tenido que huir Merera y sus hijas.

De Rutsuru, de Kivu Norte, llegó a duras penas y ya enferma esta mujer de 42 años. Merera Pili pide ayuda con el hilo de voz que le queda. Gracias a la ayuda de Entreculturas ahora tiene un piso a las afueras de Addis donde vive con sus dos hijas y sus 4 nietos. A esta mujer con SIDA, esclerosis múltiple y con graves problemas de corazón ya no habrá ayuda que la salve. Birkenesh una de las trabajadoras del servicio Jesuita a Refugiados nos dice que no le quedan muchos días de vida.

Su hija Elisea que tiene ahora 22 años nos cuenta como su madre les describía el momento en el que uno de los grupos rebeldes mató a su padre cortándole la cabeza delante de ella. Su hija mayor, Kinyana, nos dice que cuando su madre ya no esté no descarta emprender camino hacia Europa para garantizar a sus hijos un mejor futuro.

Yemen, huir en patera hacia África desde una de las grandes guerras invisibles.

Zaid, a la derecha, huyó de la guerra de Yemen y vive ahora en Etiopía

Zaid, a la derecha, huyó de la guerra de Yemen y vive ahora en Etiopía / NICOLÁS CASTELLANO

Zaid, a la derecha, huyó de la guerra de Yemen y vive ahora en Etiopía

Zaid, a la derecha, huyó de la guerra de Yemen y vive ahora en Etiopía / NICOLÁS CASTELLANO

Desde que el 25 de marzo del año pasado comenzó la ofensiva de la llamada coalición internacional dirigida por Arabia Saudí lanzando ataques aéreos contra el grupo armado de los huzíes en Yemen la situación sigue empeorando. Zaid ha huido desde su capital, Saná.

Zaid Ahmed, llegó en patera cruzando el Golfo de Adén hacia Djibuti y desde allí cruzó la frontera hacia Etiopía. Tiene 29 años, antes de la guerra era jefe de marketing de una empresa. Su mujer y sus dos hijas siguen en Yemen. Tras casi un año en Etiopía donde el gobierno no da permiso de trabajo a los refugiados, piensa en volver a subirse a una patera y regresar a Yemen a pesar de la guerra

"Llegué aquí hace casi 10 meses, crucé en patera por el mar hasta la costa de Djibuti y vine a Adis Abeba .Salí por la guerra, los aviones bombardean 24 horas los 7 días de la semana, mi casa fue bombardeada y quedó destruida. Aquí como refugiados te dan techo, algo de ayuda, comida, en teoría ayuda médica, pero no es verdad del todo... Así que estoy pensado en volver, vivir bajo la guerra es mejor que vivir aquí, allí morirás de una vez, aquí estás muriéndote cada día. No podemos vivir aquí, no nos permiten trabajar. Somos gente cualificada, soy jefe de marketing, puedo trabajar en cualquier cosa pero el Gobierno no nos lo permite".

 
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