Los millonarios gastos de la visita del papa Benedicto XVI a Valencia
La Generalitat de Camps y el Arzobispado gastaron 3,1 millones en urinarios; 1,7 millones en hoteles para el séquito papal e invitados; más de 500.000 euros en maceteros, jardineras y vallas; o 1,5 millones en el altar para Benedicto XVI en su visita a Valencia en 2006
Los auditores de la Generalitat denuncian que el Arzobispado no ha facilitado los contratos de un evento investigado dentro de la trama Gürtel y por el que el expresidente de Les Corts, Juan Cotino, se sentará en el banquillo al ser “elemento nuclear” en el fraude
Madrid
El actual gobierno de la Generalitat valenciana ha elaborado una auditoría sobre los gastos de la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias, que se sentará en el banquillo como partícipe a título lucrativo porque cuando organizó en 2006 la visita del papa Benedicto XVI a Valencia, supuestamente amañó para la trama Gürtel el contrato de 7,5 millones de megafonía y pantallas gigantes para el seguimiento del Pontífice.
Los auditores de la Generalitat afirman en varias ocasiones en el texto, al que ha tenido acceso la SER, que no han podido disponer de las cuentas ni de los contratos o facturas en el periodo comprendido entre 2006, cuando tuvo lugar la visita, y 2010, años en los que acontecieron la mayor parte de los gastos. Unos datos que según fuentes del Consell, obran en poder del Arzobispado de Valencia.
Aun así, del análisis de las cuentas a partir de 2010, los auditores constatan desembolsos significativos, como que el altar para Benedicto XVI tuvo un coste de 1.568.609,48 euros. El suministro y mantenimiento de los más de 6.800 urinarios distribuidos para el evento ascendió a 3.173.470,63 euros, mientras que los servicios de alojamiento hotelero supusieron un gasto de 1.709.609,46 euros. Además, la instalación de "44 maceteros", "240 jardineras en las farolas desde el aeropuerto de Manises hasta el puente de Xirivella", vallas y toldos entre otros elementos costó 519.000 euros.
Estos peritos advierten de que esta fundación, presidida por el Arzobispo de Valencia pero cuyos fondos fueron aportados en su mayoría por la Generalitat de Francisco Camps, ha incurrido en numerosas ilegalidades e incumplimientos contables. De hecho, funcionó como una fundación privada, cuando por estatutos y sobre todo a raíz de que el Gobierno valenciano ingresara dos millones de euros para la institución en 2010, debió tener el comportamiento de una empresa pública cualquiera de la Generalitat.
El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha decidido sentar en el banquillo a la Fundación para el V Encuentro Mundial de las Familias por lucrarse con la Gürtel, ya que la Generalitat abonó los 7,5 millones del "sobredimensionado" contrato para las pantallas y megafonía adjudicado a la trama, cuando el gasto debió asumirlo la fundación. En el supuesto amaño de ese contrato según el juez, que propició la "sustracción de 3,3 millones de dinero público", tuvo un papel "nuclear" el exdirector general de la Policía Nacional y expresidente de las Cortes valencianas, Juan Cotino.
De hecho, según el juez, Cotino presidía las reuniones del "grupo de trabajo irregular" que tomaba las decisiones de las adjudicaciones al entramado corrupto. Algunas de esas reuniones, dice José de la Mata, tuvieron lugar con "representantes eclesiásticos", y en ellas se vulneró la ley al adjudicar de forma directa servicios, cuando esta fundación estaba sujeta al régimen de contratación de las administraciones públicas. Además, el juez ha abierto una investigación respecto al resto de contratos de la fundación bajo sospecha.
El magistrado manifestó en su auto de apertura de juicio oral que investigará los posibles delitos cometidos por la fundación en sus contrataciones desde que se constituyó en 2005, hasta que se extinguió en 2014. A instancias de la Fiscalía Anticorrupción, el juez José de la Mata ha decidido inhibirse en el juzgado de Valencia que le corresponda para que siga el caso y ejecute las diligencias oportunas.
La fundación de la Comunidad Valenciana V Encuentro Mundial de las Familias estaba presidida por el Arzobispo de Valencia y formaban parte de su patronato la Generalitat Valenciana —Francisco Camps era el presidente de honor—; el Ayuntamiento de Valencia, que dirigía Rita Barberá; y la Diputación de Valencia, presidida por Alfonso Rus. Esta fundación, que según sus estatutos debió disolverse en cuanto se celebró la visita del Papa, continuó su actividad otros ocho años más, y dejó una deuda de más de 1,3 millones de euros que tuvo que asumir el Gobierno valenciano.