Una campaña inevitablemente distinta

Nueva York

Hubo momentos de bastante tensión en los debates televisados, como aquel en el último encuentro en el que mientras Hillary Clinton trataba de explicar su plan sobre impuestos y servicios sociales, Trump se acercó al micrófono para decir “qué mujer tan asquerosa”.

 Y hubo también por lo menos un par de momentos, en las últimas semanas, a los que quizá haya que volver a partir del miércoles cuando toque explicar qué ha pasado.

Uno fue la publicación del vídeo en el que Donald Trump presume de poder hacer lo que quiera con las mujeres gracias a su dinero. Lo hace empleando un tono machista, y por lo menos grosero, en una grabacion fuera de camara de 2005, mientras participaba en un programa de televisión. El republicano pidió después perdón, dijo que se habiá equivocado, que él no era asíi y que en todo caso la campaña le había cambiado.

Ésa podía haber sido la famosa "sorpresa de octubre", pero a final de mes el director del FBI anunció que había motivos para reabrir la investigación contra Hillary Clinton por el caso de los correos electrónicos manejados desde un servidor privado

La candidata demócrata se preguntó entonces qué motivos tendría el FBI para entrar en una campaña electoral, a pocos días del final, sin que hubiera evidencias claras de ningún comportamiento incorrecto y pidió que la agencia publicara de forma inmediata toda la información que tuviera.

Lo cierto es que la pregunta se ha quedado ahí, y desde entonces, por lo menos en las encuestas, Trump ha vuelto a coger aire y llega a la recta final con más energía. Está por ver si será suficiente para consumar la remontada...