Moscú y Damasco lanzan una ofensiva para derrotar a la dividida oposición
Las fuerzas progubernamentales ya están poniendo a prueba su reforzada capacidad militar en la nueva ofensiva que llevan a cabo en el noroeste de Siria desde la mañana del martes
Beirut
El ejército sirio y sus aliados de Irán, Irak y Líbano han aumentado de manera sustancial el número de combatientes terrestres alrededor de Alepo. Y el ejército ruso ya está utilizando las nuevas fragatas que han llegado a la costa siria tras rodear el continente europeo en las últimas semanas.
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Este martes, el ministro de defensa ruso Serguei Shoigu ha anunciado el inicio de "bombardeos masivos" en las provincias de Idlib y Homs para derrotar al Estado Islámico y al antiguo frente al Nusra, rama siria de Al Qaeda hasta el pasado verano. Pero en estas provincias no hay presencia confirmada del Estado Islámico.
El ministro ha asegurado desde Moscú que la intención es destruir depósitos de munición, centros de entrenamiento y factorías. Desde el inicio de la intervención rusa hace más de un año, su aviación ha atacado todo tipo de objetivos, muchos de ellos militares pero también áreas urbanas densamente pobladas.
Refuerzos terrestres, aéreos y marítimos
Para llevar a cabo estas nuevas operaciones que pretenden dar un golpe definitivo a una oposición dividida y con una capacidad militar muy disminuida, Rusia ha desplazado varias fragatas a la base militar que utiliza en la provincia de Tartus. Una de ellas ha disparado el martes varios misiles de crucero que han impactado en diferentes objetivos en los territorios controlados por la oposición.
También ha entrado en combate el portaaviones Kuznetsov, la primera vez que lo hace desde que fue fletado. Es el único de su tipo que posee la marina rusa, y el anuncio de su avituallamiento en Ceuta el pasado mes desató las críticas al gobierno español por parte de sus aliados en la OTAN, cuya presión impidió el abastecimiento en el puerto ceutí.
Según ha declarado un residente en la provincia de Idlib a la agencia Reuters, varios misiles y barriles bomba lanzados desde helicópteros han alcanzado un mercado y gasolinera, así como una base de uno de los grupos asociados al Ejército Sirio Libre.
La serie de ataques también habría alcanzado al menos cinco centros médicos y una clínica móvil en los últimos días según la portavoz de la Casa Blanca. Esta nueva ofensiva coincide con la conversación telefónica que han mantenido el presidente ruso Vladimir Putin y Donald Trump, el presidente electo de los Estados Unidos. Entre otros temas, ambos comentaron sobre la necesidad de derrotar al “terrorismo internacional y el extremismo [nuestro] enemigo en común”, declararon desde el Kremlin en clara referencia al conflicto sirio.
Nueva ofensiva sobre Alepo
En Alepo, la aviación progubernamental también ha intensificado los bombardeos aéreos sobre la mitad este de la ciudad, bajo control opositor. Estos renovados ataques llegan tras más de un mes de relativa contención por parte de las fuerzas progubernamentales, que han aprovechado para reforzarse y dibujar una nueva estrategia bajo el liderazgo ruso para recapturar los barrios rebeldes.
Durante este tiempo, una amalgama de grupo opositores ha sido incapaz de romper el cerco de la mitad asediada a pesar de la acumulación de efectivos para conseguirlo. Estos intentos también ha incluido el intenso lanzamiento de artillería sobre áreas civiles gubernamentales, en dónde han fallecido decenas de civiles.
A la debilidad militar manifiesta de la oposición en las provincias de Homs, Idlib y Alepo se suma las divisiones internas. En los últimos días, dos milicias de tendencia salafista han atacado los cuarteles opositores de una coalición del Ejército Sirio Libre cerca de la frontera con Turquía, una nueva muestra de las diferencias ideológica y la lucha de intereses en el seno de la heterogénea oposición armada.