Trump elige a Jeff Sessions, un senador acusado de racismo, como fiscal general
Mike Pompeo dirigirá la CIA y Michael Flynn será consejero de Seguridad Nacional
Nueva York
El presidente electo Donald Trump ha elegido a tres “halcones” conservadores para puestos clave de la nueva administración: el senador Jeff Sessions como fiscal general (equivalente a ministro de Justicia), el representante Mike Pompeo para director de la CIA y Michael Flynn será consejero de Seguridad Nacional.
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Los nombramientos de fiscal general y director de la CIA tendrán que ser confirmados por el Senado, mientras que el asesor de seguridad nacional no necesita esta confirmación. Los tres han sido muy críticos con la política internacional y de lucha contra el terrorismo del presidente Obama. Session y Flynn han sido leales a Trump durante toda la campaña
Jeff Sessions fue el primer senador en unirse a la campaña de Trump, apoyando sus duras propuestas en inmigración. Fue fiscal general en Alabama y después pasó a ser el republicano de más rango en el Comité Judicial del Senado, que supervisa al Departamento de Justicia y al FBI. Antes, ese mismo comité le rechazó como juez federal por acusaciones de racismo. Sessions pidió perdón por decir que pensó que el Ku Klux Klan era bueno “hasta que descubrí que fumaban marihuana”. Las acusaciones de racismo le han perseguido durante décadas y ahora puede encontrarse con obstáculos para ser confirmado como fiscal general, incluso en un Senado controlado por los republicanos. Sessions defiende que los sospechosos de terrorismo no deben ser juzgados en una corte civil y apuesta por mantener abierto Guantánamo. Sus posiciones en cuanto a matrimonio homosexual, legalización de la marihuana e investigación con células madre son conservadoras. La Unión Americana de Libertades Civiles, ACLU, le ha llamado “el senador que tiene probablemente el historial más anti inmigrante, anti refugiados y anti menores”. La actual fiscal general es Loretta Lynch, la primera mujer negra en ocupar el puesto y antigua fiscal para el distrito este en Nueva York.
El director de la CIA será Mike Pompeo, un republicano conservador y muy crítico con Obama, especialmente por el acuerdo nuclear con Irán. Pompeo ha asegurado que los líderes musulmanes son “cómplices potenciales” de los atentados terroristas si no denuncian la violencia cometida en nombre del islam. Miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara, Pompeo dijo que Edward Snowden, ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional, merecía la pena de muerte por revelar documentos secretos. El actual director de la CIA es John Brennan, que se unió a la agencia en 1980 y fue jefe de la oficina en Arabia Saudí y director del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista.
Michael Flynn, como consejero de Seguridad Nacional, trabajará en el Ala Oeste, con acceso directo a Trump. La importancia de este puesto varía según los presidentes, pero habitualmente es su principal asesor en materia de seguridad. El asesor de seguridad nacional no tiene un presupuesto a su cargo, ni autoridad sobre el Departamento de Estado o el de Defensa.
El elegido por Trump, Michael Flynn, es un general retirado del ejército que sirvió como asesor sénior del general Stanley McChrystal en Afganistán. Después, dirigió el servicio de espionaje del Pentágono, la Agencia de Inteligencia en Defensa. Fue despedido tras dos años en el puesto por desavenencias con su gestión. Durante la Convención Nacional Republicana, este verano, Flynn se unió a los cánticos de “que la encierren” en referencia a Hillary Clinton. Ha llamado al presidente Obama “mentiroso”, unas declaraciones que le causaron problemas con sus antiguos compañeros. Flynn ha dicho en entrevistas que no es favorable a prohibir la entrada al país a “ningún segmento de población”. La actual asesora de seguridad nacional es Susan Rice, ex embajadora ante la ONU, muy criticada por los republicanos por hacer declaraciones “incorrectas”, según reconoció más tarde, sobre el ataque de Benghazi.