Franco sigue mandando en el Valle de los Caídos
* 41 años después de la muerte del dictador la normativa que aprobó el régimen se sigue aplicando en la Abadía de Cuelgamuros.
* Ninguna ley democrática ha derogado la legislación que da naturaleza y función al monumento más grande del Franquismo.
Madrid
Cayeron las leyes del régimen, cayeron los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional y llego la Constitución Española de 1978, pero Francisco Franco Bahamonde sigue manteniendo el control administrativo del Valle de los Caídos.
Su desaparición no ha provocado ningún cambio en el funcionamiento del valle madrileño de Cuelgamuros.Hasta un ramo de flores eterno se deposita cada día de estos últimos 41 años encima de la losa que guarda sus restos. Y lo más paradójico es que este detalle y otros mucho menos visibles son permitidos, sino fomentados, por dos normativas que se dio así misma la Dictadura.
Una orden de la Presidencia del Gobierno de 1941 y un Decreto-Ley de 1957 siguen siendo los textos legales que marcan el día a día de esa Abadía Benedictina. Y esas dos normas incorporan “perlas” como “la erección de un magno monumento destinado a perpetuar la memoria de los Caídos en la Cruzada de Liberación” o más adelante “el sagrado deber de honrar a nuestros héroes y mártires”.
Pero por encima de estas frases está el mantenimiento de una estructura administrativa que lleva 40 años sin rendir cuentas de sus actividades ante el Estado. Y eso que la propiedad de las instalaciones corresponde a Patrimonio Nacional, y por tanto al Ministerio de la Presidencia. Ministerio que por no pedir no ha pedido ni siquiera que la contabilidad del Valle sea la misma que utiliza cualquier otra administración. Ya se lo recordó hace unos meses el Tribunal de Cuentas.
En Moncloa es conocido desde hace mucho tiempo que la Fundación del Valle de los Caídos no cumple ninguna premisa de la Ley de Fundaciones. Por ejemplo, todas las propiedades de esa Fundación son de titularidad pública, incluyendo los terrenos del Valle de Cuelgamuros .Es decir, una situación idílica en lo jurídico.
Es decir, el Estado paga todo, a razón de 115.000 euros anuales sin contar el coste de las obras para impedir las filtraciones de agua, intervenciones casi continas.La Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos disfruta de ello. Tal y como fijo en 1957 el almirante Luis Carrero Blanco y todo el régimen franquista. En 1982 la Ley del Patrimonio Nacional estableció una comisión para cambiar la normativa del lugar, pero jamás se supo de ella.
Esta es otra de las peculiaridades de ese monumento único en Europa: bajo su estructura están enterrados el dictador y el fundador del fascismo español y la apertura de ese lugar les sigue costando dinero a los españoles. Franco lo dejo todo en el Valle atado y bien atado.