Francia imputa a los cinco detenidos junto a un depósito de armas de ETA

Los cinco detenidos han sido imputados por los mismos delitos que había solicitado la Fiscalía francesa: tenencia y transporte de armas y explosivos en relación con una empresa terrorista. Sin embargo, los medios nacionalistas vascos han condenado esta medida y consideran que los imputados son pacifistas que querían el desarme de la banda terrorista.

Se trata del expresidente de la Cámara Agraria del País Vasco francés Michel Berhocoirigoin; del dirigente del movimiento "Bizi!" Jean-Noël Etcheverry, "Txetx"; el militante Michel Bergougnian, conocido viticultor de la región; la periodista de medios "abertzales" Beatrice Molle; y el cámara independiente Stéphane Etchegaray.

Todos ellos estaban el pasado viernes en el caserío de Louhossoa, cerca de la frontera con España, donde las fuerzas del orden francesas, en cooperación con la Guardia Civil española, incautaron un "importante" depósito de armas, según los términos del ministerio del Interior galo, que les consideró como personas "en relación con la organización terrorista ETA".

La policía encontró en el caserío dos granadas, 29 armas cortas, 9 fusiles de asalto, 12 metralletas, más de 3.000 municiones, gran cantidad de explosivos, material para fabricarlos, detonadores y temporizadores.

La Fiscalía no mantuvo los cargos de asociación de malhechores contra los cinco arrestados, pese a que la información judicial que había abierto incluía también ese delito.

Los medios nacionalistas del País Vasco francés, así como algunos diputados galos, habían pedido la liberación de los cinco arrestados, por considerarles "artesanos" de la paz. Dos de ellos, Berhocoirigoin y Etcheverry, habían firmado antes de la incautación de las armas un comunicado junto con el presidente de honor de la Liga francesa de Derechos Humanos, Michel Tubiana, en el que aseguraban que iban a participar en una operación de destrucción de parte del arsenal de ETA.

Según ellos, era una operación controlada para impulsar al desarme de la banda y que, al final, las armas iban a ser entregadas al Estado francés. Según ellos, se trataba del 15 % del arsenal que aún tiene la banda. Tubiana llegó incluso a acusar a París y Madrid de haber interferido en la misma con la voluntad de alejar el desarme organizado de ETA.

El ministro francés del Interior, Bruno Le Roux, por su parte, aseguró que "nadie" está legitimado para destruir armas de ETA, sobre todo porque pueden constituir pruebas para la resolución de "actos graves, incluso atentados".