El Madrid vapulea al Sevilla

Madrid

Hacía este miércoles justo un año que Florentino escogió a Zidane como sustituto de Benítez en el banquillo. Se vio entonces como una decisión desesperada en una situación límite.

Pocos apostaban entonces a que el Madrid enderezase el rumbo a las órdenes de un entrenador inexperto. Pero un año después, y tres títulos más tarde, en el Bernabéu todo son sonrisas. 

La grada blanca vio esta noche uno de los partidos más redondos del equipo en los últimos tiempos. Y lo hizo sin Cristiano, sin Benzema y sin Bale. Los dos primeros por decisión de Zidane y el tercero por lesión.

Con un once lleno de secundarios los blancos dominaron de principio a fin a un Sevilla que terminó desquiciado y hasta abochornado por sentirse tan inferior ante un rival al que ha sacado los colores más de una vez.

Se vio desde el inicio un Madrid bien fiero, con Morata, Asensio y James atosigando la salida del balón, y con un equipo plantado en suelo contrario.

El primer gol blanco llegó recién cumplidos los diez minutos de partido, pero pudo haberlo hecho antes. Mercado erró en una entrega a N’Zonzi cerca del balcón de su área y Casemiro, siempre pendiente, no dudó. El brasileño se tiró al suelo y recuperó con ahínco la bola para James. El cafetero puso su punto de mira a la derecha de la meta de Rico. Al ladito del palo. Justo por donde se coló la pelota.

El segundo lo marcó Varane a los 25 minutos de partido a lo Sergio Ramos. Es decir, de cabeza después de un saque de esquina. El Sevilla, que sobrevivía como buenamente podía hasta entonces, tuvo no sólo una sino dos ocasiones claras después del gol del francés.

Dos manos a manos con Casilla, el primero de Correa, cuyo rechace erró de manera incomprensible Iborra. Y el segundo de Vitolo, que apuró tanto que casi se dio de bruces con el portero blanco.

Por si el equipo de Sampaoli no tenía bastante, al borde del descanso se produjo la jugada más polémica del duelo que terminó con otro gol del Madrid.

La cosa fue así, James empujó a Mariano dentro del área del Sevilla y éste a Modric. Y Mateu Lahoz pitó penalti. El que lo tiró fue James. que firmó así un doblete para terminar con su deseo de marcharse. "Me quedo, me quedo", dijo después del partido.

En la segunda mitad no hubo demasiada historia. El Madrid fue de nuevo superior a un Sevilla decepcionante y desconocido esta noche y al que únicamente le queda encomendarse al Pizjuán en una vuelta que se le ha puesto muy pero que muy difícil.