Exteriores desaconsejó el viaje de un senador del PP para reunirse con Al Asad

Madrid

Cuando los diputados de la asamblea cuestionaron este lunes en el pleno la conveniencia de que Pedro Agramunt siguiera presidiendo la institución por su viaje a Siria, éste se escudó en que era un viaje privado. Agramunt había ido a Damasco el pasado 20 de marzo, acompañado por otros parlamentarios del consejo de Europa y de políticos rusos, en calidad de senador español, y había informado al gobierno. 

La versión que da el gobierno varía sustancialmente. Fuentes de Exteriores explican a la SER que Agramunt no comunicó su viaje de forma oficial; y sólo a través de terceras personas, según estas fuentes, lo hizo saber en el ministerio. Desde el equipo de Alfonso Dastis se desaconsejó esta visita y se le explicó que, en todo caso, la haría a título personal. 

Aunque el político popular no  informó previamente a sus colegas en la Asamblea del Consejo de Europa, el viaje tuvo amplia cobertura en medios rusos, en los que se le presentó en todo momento como presidente de la institución. Junto a él estaban los también miembros de la Asamblea Jordi Xuclá (Partido democrático de Cataluña) y el belga Alain Destexhe, responsable de la comisión de Derechos Humanos. 

Hasta esta semana, Agramunt se había negado a dar explicaciones, escudándose en que se trató de un viaje privado como senador español. Pero el malestar en todos los grupos era tal, que en el pleno se sucedieron las peticiones de dimisión o de convocatoria de una moción de censura. Tras una reunión extraordinaria este martes, Agramunt emplaza a los responsables de los grupos políticos a una reunión este viernes para anunciarles su decisión sobre si continuar o no al frente del organismo. Los grupos son unánimes en su crítica, y ninguno ha defendido su actuación, coincidiendo en que daña la imagen del Consejo. Pero a nadie se le escapa que, al retrasar el anuncio, evita que su decisión marque la visita de Felipe VI a la sede de Estrasburgo este jueves.  

Agramunt  reconoce ante sus compañeros que el viaje fue un error, vistas las consecuencias. Pero sus explicaciones han ido variando, desde un silencio inicial al considerarlo como un viaje privado "como senador español", hasta su afirmación de haberlo comunicado al gobierno, e incluso pretender que había sido engañado, y que cuando subió a un avión del gobierno ruso desconocía que fuera a verse con Al Assad.  

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"Nos sorprendió a todos -explica a la SER el representante ucraniano en la asamblea del consejo Volodymir Ariev-, porque ni los presidentes de los grupos ni nadie en la asamblea había sido avisado de sus intenciones de visitar Siria". Y si luego vemos la cobertura de los medios rusos, no hay una sola noticia de ese viaje en la que no se le presente como quien preside la asamblea en lugar de como senador español. Ariev considera muy inapropiado que una figura institucional del Consejo de Europa fuera a reunirse con el dictador sirio, cuando las declaraciones hechas en el seno de la Asamblea han sido en sentido contrario. "Sólo unos días después se produjo el ataque químico [en Jan al Sheijún], el propósito de la visita fue un gran error, como lo es el silencio posterior". El propio Ariev hizo llegar un cuestinario a Agramunt para que aclarara en calidad de qué fue, qué habló con al Assad y quién pagó el viaje, en el que le acompañaban políticos y periodistas rusos.

Varios grupos políticos creen que, sean cuales sean las explicaciones que de Agramunt, no se justifica su permanencia en el puesto.  Ya fue interrogado en su momento por lazos con el régimen de Azerbayan, algo sangrante cuando su misión era precisamente la de tratar sobre los derechos humanos en ese país, representando a una asamblea que reune a diputados y senadores de los 50 países que forman parte del Consejo de Europa, y que es considerada el órgano democrático europeo más antiguo.