Trump acaba con la política de normalización de relaciones con Cuba
El presidente de EEUU restablece restricciones comerciales y limita los viajes turísticos a la isla
Washington
Donald Trump elimina puntos clave en los avances que Barack Obama impulsó hace dos años y medio para normalizar las relaciones con Cuba. El presidente prohíbe transacciones comerciales con las empresas controladas por el ejército e introduce restricciones para los viajes turísticos privados para corregir lo que ha llamado una “política terrible y desviada” de su antecesor.
En un discurso en un teatro de la Pequeña Habana, el epicentro del exilio anticastrista en Miami que fue clave en su elección como presidente el año pasado, Trump ha prometido “no callar ante la opresión comunista”. Ha asegurado que a partir de ahora Estados Unidos “denunciará los crímenes del régimen de Castro” y que estará “junto al pueblo cubano en su lucha por la libertad”.
Los estadounidenses no podrán viajar de manera independiente a la isla, sino que tendrán que formar parte de un tour educativo organizado, controlado por auditores que se aseguren que el dinero que gasten no va para empresas ni servicios del Estado.
Cuando entre en vigor esta orden, en un plazo de 90 días, los estadounidenses no podrán hacer negocios con ninguna entidad que controle el gobierno cubano, el ejército o sus servicios de inteligencia que, en la práctica, manejan hasta un 80% del sector turístico de la isla, un 60% del total de la economía. Trump asegura que el beneficio de esas inversiones “recae sobre el régimen y no llega al pueblo”.
Asegura además que el deshielo de las relaciones, 60 años después, “ha aumentado la represión y está aplastando a los movimientos pacíficos”. Sin embargo, expertos en derechos humanos, creen que volver a aislar a Cuba no hará que termine la represión ni que se garanticen derechos como la libertad de expresión.
Trump ha pedido a Castro que libere a los presos políticos, que garantice la celebración elecciones libres y democráticas, el derecho a la libertad de expresión y la legalización de todos los partidos políticos como punto de partida para renegociar otro acuerdo.
Aun así el cambio de política no es total, Trump va a respetar algunos puntos importantes acordados con la anterior administración, como el envío de remesas, autorizará el pago a cuentapropistas, las embajadas en Washington y en La Habana seguirán abiertas y no restablecerá la ley “pies secos, pies mojados”.