El número dos de González confiesa que el expresidente cobró comisiones en Suiza
El expresidente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino, reconoce a los investigadores que se repartió con Ignacio González una comisión de dos millones
El hombre fuerte de Ignacio González le delata.
Madrid
El expresidente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino, reconoce a los investigadores que se repartió con Ignacio González una comisión de dos millones en Suiza, por la sobredimensionada compra de la empresa Emissao por parte del Canal Isabel II.
Es la primera declaración de un alto responsable de la supuesta organización criminal, que involucra de forma directa al expresidente de la Comunidad de Madrid con el cobro de comisiones millonarias en Suiza. Según fuentes jurídicas consultadas por la SER y a cambio de posibles beneficios penitenciarios, porque se encuentra en prisión provisional desde el pasado 21 de abril, Edmundo Rodríguez Sobrino, el expresidente de Inassa, la filial latinoamericana del Canal Isabel II, ha confesado ante el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, que tal y como ha avanzado El Mundo, cobró una comisión millonaria por acceder a la adquisición de la empresa brasileña Emissao, cuyo precio estaba sobredimensionado.
Las mismas fuentes precisan a esta cadena de emisoras que según Rodríguez Sobrino, la comisión rondó los dos millones de euros y que el dinero fue ingresado en dos cuentas bancarias en Suiza a nombre de sociedades interpuestas. Una a beneficio del expresidente de Inassa, y otra para el propio Ignacio González.
Rodríguez Sobrino sostiene que González nunca tocó el dinero, que permaneció en el depósito bancario a su disposición. El supuesto número 2 del expresidente en la Operación Lezo ha aportado documentación con la que intenta corroborar su relato, pero los investigadores la consideran insuficiente y esperan al resultado de la comisión rogatoria a Suiza para confirmar sus manifestaciones.
Rodríguez Sobrino también afirmó que procedió a la compra de la brasileña Emissao por orden de Ignacio González. La adquisición fue realizada ocultándola al consejo de administración del Canal y a pesar de que dos informes, elaborados por la propia empresa pública y la auditora KPMG, les habían advertido entre tres y seis meses antes de la operación de los “graves riesgos” de adquirir la sociedad porque carecía de “contabilidad y control” alguno sobre sus cuentas, y solía pagar “comisiones a terceros para conseguir contratos públicos”.
Además, KPMG ya advirtió de que el precio de Emissao, por el que acabaron pagándose 36.190.808 euros, estaba inflado. Un año después de gastar ese dinero del erario público en la compra, esta sociedad brasileña solo valía 5 millones.
Parte del precio sobredimensionado, al menos 25 millones, acabó en diversas cuentas suizas, de los que los investigadores han conseguido bloquear 18.