Mediación internacional, ¿un modelo para Cataluña?
Independientemente del éxito o del fracaso final de las iniciativas, cuando se habla de mediaciones internacionales se pueden distinguir varios grupos en función de las instituciones que las dirijan y el enfoque que se busque. ¿Encaja alguno en el desafío independentista?
La mediación en el sistema de Naciones Unidas es, probablemente, el caso más numerosos y frecuente. La ONU se fundó en definitiva con el objetivode servir como marco de colaboración entre países para que no se repitiera un conflicto como el de la Segunda Guerra Mundial Además, desde 2010 se ha querido fortalecer ese enfoque con la creación del Grupo de Amigos de la Mediación, que se dedica entre otras cosas a formar una red mundial de mediadores y a establecer centros regionales de alerta temprana ante posibles conflictos; y en la asamblea de este año, el secretario general Antonio Guterres ha creado también un nuevo organismo, una junta de alto nivel precisamente sobre cuestiones de mediación.
Más información
La lista de mediaciones en las que ha intervenido Naciones Unidas sería muy larga, pero podríamos nombrar algunas que permanecen frescas en la memoria por su vinculación con España o por su cercanía en el tiempo:
- Chipre, uno de los casos más recientes. La última ronda empezó en primavera de 2015. El pasado mes de noviembre parecía que por fin iba a concluir con la unificación de la parte griega y la parte turca de Chipre, pero la negociación se rompió en el último momento.
- Balcanes, y en concreto Bosnia, donde la ONU coordinaba las actividades de los países del grupo de contacto; o Kosovo, donde su intervención llevó a un periodo de diez años de administración del territorio, que desembocó en una polémica declaración unilateral de independencia.
- Sáhara Occidental. Tras el abandono de España, Marruecos invade el territorio, se inicia la guerra con el Polisario, que termina con los acuerdos de Houston en 1991 por los que ambas partes se compromete a organizar un referéndum, que aún está pendiente. La ONU logra el alto el fuego, pero fracasa en la segunda parte.
Podríamos seguir con Somalia, Siria, Irak o Sudán del Sur, por citar sólo algunos, pero por lo general la mediación de la ONU se refiere a conflictos armados o resultantes de una intervención militar.
La mediación en el sistema de la Unión Europea
Naciones Unidas no tiene la exclusiva, la Unión Europea también reclama su papel en los procesos de mediación: "Apuesto por combatir las causas de las guerras con la experiencia europea en la mediación, tanto con vecinos cercanos como lejanos. Así hemos jugado un papel destacable en los Balcanes o como miembro del Cuarteto para Oriente Próximo, comprometido en encontrar una solución para ese proceso de paz", destacaba Herman Van Rompuy, el que fue el primer presidente permanente del Consejo Europeo, en su discurso ante la asamblea de Naciones Unidas de 2011. La UE, de hecho, también cuenta con un departamento dedicado en exclusiva a la prevención de conflictos.
Más allá de los ejemplos que mencionaba Van Rompuy, en lo que tiene que ver con conflictos dentro de la Unión, Bruselas, más que mediar ha acompañado, o ha facilitado la mediación, como por ejemplo hizo en la cuestión de Irlanda del Norte. Básicamente las instituciones europeas no han intervenido en asuntos que se han considerado internos de algún Estado miembro. El tema de la cesión de soberanía nacional es siempre muy delicado cuando se habla de la Unión Europea.
La mediación coordinada de varios países
Más allá de instituciones multilaterales, como la ONU y la Unión Europea, otros procesos de mediación se apoyan más en el papel que pueden jugar algunos países, por su historia, su cultura o su situación geográfica. Dos ejemplos recientes:
- La guerra de Ucrania: se llega a los Acuerdos de Minsk con la participación de los dos países directamente afectados, Rusia y Ucrania, y de otros dos países que ejercen específicamene de mediadores, Alemania y Francia.
- La negociación con la guerrilla de las FARC en Colombia, donde se elige por un lado a Venezuela y Chile como acompañantes, por sus vínculos regionales, y a Noruega y Cuba como garantes, el primero por su amplia experiencia en procesos de paz, el segundo para servir como sede de las conversaciones.
La mediación personal
Hay por último otros casos en los que es el carisma o la capacidad de influencia de determinadas personalidades lo que condiciona el proceso de mediación. El ejemplo más claro sería el del actual papa.
Francisco I fue clave en el deshielo diplomático entre Estados Unidos y Cuba; lo ha intentado en los problemas entre gobierno y oposición en Venezuela, donde también se apostó por el prestigio personal de expresidentes como Zapatero o Lionel Fernández; y no llegó a participar, pero se le propuso, en el conflicto que enfrente a Bolivia con Chile por el acceso al mar. Otros procesos como el del desarme de ETA, con la Conferencia de San Sebastián de 2011, también se apoyaban en el prestigio y la experiencia de los participantes.
Rafa Panadero
Ha desarrollado casi toda su carrera profesional en la Cadena SER, a la que se incorporó en 2002 tras...