La policía comienza a desalojar el centro de detención de refugiados de Manus
El cierre del centro fue decretado el 31 de octubre, pero los refugiados se han negado a salir por miedo a sufrir ataques. Las autoridades de Papúa Nueva Guinea han sacado a la fuerza a 40 de los 400 hombres que permanecían allí.
Australia paga a este pequeño Estado para que mantenga allí encerrados a los refugiados que llegan a sus costas.
Madrid
Llevaban más de 20 días sin agua, electricidad, comida o asistencia sanitaria, desde que Australia y Papúa Nueva Guinea decretaron el cierre del centro el 31 de octubre. Los 400 refugiados allí detenidos se negaron a aceptar la opción que les planteaba el Gobierno australiano: el traslado a otro centro de una localidad cercana. "Preferimos estar en esta prisión que salir, porque si salimos es peligroso, la gente de allí nos ataca y nos sentimos más vulnerables", nos contaba hace menos de un mes Behrouz Boochani, un periodista iraní detenido en el centro.
Más información
Behrouz es un altavoz al mundo de lo que los refugiados viven en esa isla del Pacífico. Esta madrugada la policía lo ha arrestado a durante dos horas: "Me acaban de liberar, he estado esposado dos horas cerca del campo. Me han gritado: 'Estás informando en nuestra contra'. Me han empujado y roto mis cosas", ha escrito en Twitter. 40 refugiados han sido trasladados en autobuses a esos alojamientos alternativos. 350 siguen en el centro de Manus en una situación que varias organizaciones han descrito como "una emergencia humanitaria". "Estos hombres buscaban protección por parte de Australia, y ahora mismo tienen miedo, están enfermos, y necesita asistencia humanitaria urgente. No necesitan que los policias les obligen a irse a otros centro de Manus donde no estarían a salvo y sin garantías para un futuro a largo plazo", ha dicho Eleane Pearson, investigadora de Human Rights Watch.
Según cuentan los propios refugiados allí retenidos, unos 40 guardias han entrado al centro gritando: "Moveos, moveos". Aseguran que los han sacado a la fuerza de sus habitaciones y que han roto sus camas y pertenencias. "Están destruyendo todo. Están siendo muy agresivos, han puesto nuestras cosas en cubos de basura", ha contado Behrouz en Twitter, "nos están quitando nuestros teléfonos".
El ministro de Inmigración, Peter Dutton, ha dicho que es "escandaloso que continúen en ese centro". Asegura que el alojamiento alternativo al que pueden trasladarse está listo y es adecuado. La ONU, sin embargo, en un informe reciente decía que esos centros estaban aún en construcción. El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, se ha sumado a Dutton: "Creen que pueden presionar al Gobierno australiano para que los deje venir a Australia. Pues no cederemos a las presiones".
Desde 2012, Australia paga a este pequeño estado para que mantenga allí encerrados a los migrantes y refugiados que alcanzan las costas australianas. Desde entonces han mandado a unas 2.000 personas a Manus y a otra isla del Pacífico, Nauru. Australia defiende esta política diciendo que ha conseguido frenar las entradas en barco al país.
Sara Selva Ortiz
Redactora de la sección de Nacional. Antes trabajó en el equipo de Hoy por Hoy, en Economía, en Informativos...