La UE, contra los fosfatos en los kebab
La comisión de Salud del Parlamento Europeo rechazó esta semana una propuesta que autorizaría la presencia como aditivos de fosfatos en la carne de kebab por sus posibles efectos sobre la salud de los seres humanos
Madrid
El kebab podría tener las horas contadas en toda la Unión Europea. Todo ello depende de si prospera la propuesta de la comisión de Sanidad del Parlamento Europeo relacionada con el uso de fosfatos en este tipo de carne y sus posibles riesgos para la salud.
La Comisión de Salud del Parlamento Europeo rechazó este martes una propuesta de la Comisión Europea que autorizaría la presencia como aditivos del ácido fosfórico y los polifostatos (E 338-452) en la carne de kebab, ya sea de cordero, ternera o pollo, por sus posibles efectos sobre la salud de los seres humanos.
Esta objeción fue aprobada con 32 votos a favor y 22 en contra en la comisión europarlamentaria y la propuesta de Bruselas quedará bloqueada si también recibe el respaldo de la Eurocámara durante la sesión plenaria de mediados de diciembre.
Si esto ocurre, los kebabs quedarían en la ilegalidad, algo que "llevaría a la muerte de los kebabs" en la UE ya que los aditivos son necesarios para mantener la carne jugosa y llena de sabor durante el transporte y en los establecimientos de venta, tal y como afirma Kenan Koyuncu, de la asociación alemana de productores de kebab. Alemania es el país europeo en el que más se consume este tipo de comida.
¿Mayores riesgos cardiovasculares?
Las normas europeas prohíben en términos generales la presencia de fosfatos en preparaciones de carne, pero estos aditivos están cada vez más presentes debido a la aprobación de excepciones para determinados productos. El objetivo es proteger su sabor y retener el agua.
Los eurodiputados han recordado la existencia de estudios de 2012 y 2013 que demuestran la relación de los fosfatos en alimentos con unos mayores riesgos cardiovasculares. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), por el contrario, descarta que la posibilidad de atribuir este riesgo a la ingesta de fosfatos.
Esta agencia europea, en cualquier caso, ha garantizado que evaluará de nuevo los posibles efectos de la presencia de fosfatos en alimentos como aditivos antes del 31 de diciembre del próximo año.