La industria automovilística alemana, bajo sospecha por experimentar con personas y monos
Los experimentos, financiados por Volkswagen, Mercedes y BMW, consistían en hacer inhalar gases emitidos por motores diésel a monos y personas, según publican este lunes varios medios alemanes.
Berlín
Un nuevo escándalo ha sacudido la industria automovilística alemana. Grandes corporaciones como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, están bajo sospecha por financiar experimentos con seres humanos y monos. Las críticas comenzaron este fin de semana, cuando "The New York Times" publicó que se habían realizado experimentos con monos. Este lunes, dos medios alemanes, el "Stuttgarger Zeitung" y el "Süddeutsche Zeitung" informan de que también se hicieron con humanos.
Los experimentos no los realizan las propias corporaciones, sino la Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT), un instituto de investigación financiado y fundado por Volkswagen, Mercedes y BMW. Las industrias financiaban y el instituto, en teoría, obraba por su cuenta y riesgo.
Según cuentan estos medios, los experimentos consistieron en hacer inhalar gases de motores diésel. En el caso de los animales, 10 monos tuvieron que inhalar estos gases durante 4 horas en un laboratorio en Alburquque, en Estados Unidos. En el de los humanos, fueron 25 personas sanas las que se sometieron a este experimento en Alemania para ser luego examinadas por un hospital universitario. No se conoce el perfil de estas personas, ni a cambio de qué participaron en el estudio. Lo único que se sabe es que eran personas sanas. En Alemania es muy frecuente que hospitales universitarios o centros científicos soliciten voluntarios para experimentos de la más diversa índole y en la mayoría de ellos hay una remuneración económica.
El objetivo de estos experimentos era mostrar que con los progresos técnicos, con unos motores diésel mejores, las emisiones no tienen implicaciones o tienen una implicación menor en la salud. La industria automovilística lleva años intentando crear un clima favorable en la opinión pública sobre este tipo de motores, después de en 2012 la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinase que las emisiones eran gravemente perjudiciales.
La industria alemana ha condenado los experimentos. El primero en reaccionar ha sido Mercedes, que en un comunicado dicen estar conmocionados porque el método científico es contrario a los valores y principios éticos de la compañía. Volkswagen, en una línea similar, ha dicho que el método seguido era totalmente incorrecto. El Gobiero alemán también ha reaccionado. El portavoz de Angela Merkel, Steffen Seibert, ha dicho que "esos experimentos no tienen ninguna justificación ética ni científica" y cree que su realización "obliga a formular preguntas críticas a todos los responsables". "Lo que tienen que hacer los fabricantes de automóviles con las emisiones es reducirlas y no pretender demostrar que no son dañinas con ayuda de experimentos con monos y hasta con seres humanos", ha añadido en referencia al escándalo de la manipulación de emisiones que salpicó a Volkswagen en 2015.