Prostitución, abusos y amenazas en el informe del escándalo de Oxfam
Representantes de Oxfam han pedido personalmente perdón a las autoridades de Haití, por los abusos de sus cooperantes
Abusos conocidos por la ONG en el 2011 y de los que no informó al gobierno de Puerto Príncipe, que ahora no descartas tomar medidas penales contra los antiguos trabajadores de la organización humanitaria.
Oxfam ha reportado cuatro casos de mala conducta sexual desde el año 2012 / ANDY RAIN (EFE)
Londres
En la investigación acontecida en 2011, el director de la ONG en Haiti, el belga Roland van Hauwermeiren reconoció haber pagado a prostitutas y haber mantenido los encuentros sexuales en locales de la organización. El informe no excluye que hubiera mujeres menores de edad. Mikelange Gabou dice ser una de ellas. Según declaró al diario The Times mantuvo relaciones con el cooperante belga cuando ella tenía 16 años y el 61. A cambio de los favores sexuales le daba dinero y pañales para su hijo recién nacido. Gabou cuenta que el jefe de Oxfam tenía muchas chicas en su casa, siempre haitianas, que iban a pedirle trabajo y favores.
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Otros tres empleados de la ONG, siempre según el informe, amenazaron físicamente a uno de los cuarenta testigos interrogados durante la investigación. Además utilizaron los ordenadores de Oxfam para ver pornografía y películas pirateadas. Cuatro fueron despedidos y tres más presentaron la renuncia, pero el asunto se llevó en secreto, con la máxima discreción, para evitar la publicidad negativa.
El director general de Oxfam, Mark Goldring tendrá que declarar este martes ante un comité de diputados británicos de la Cámara de los Comunes. Una sesión de urgencia dedicada a la explotación en el sector de la ayuda humanitaria. También estarán presentes representantes de otra organización similar, Save the children y del Departamento ministerial de Desarrollo Internacional. Goldring y otros responsables de Oxfam habrán de explicar cómo manejaron las alegaciones de abuso en Haití tras el terremoto de 2010. De sus respuestas puede depender el futuro de la organización y de todo el sector de la ayuda humanitaria tocado por el escándalo.
