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Suleiman ante el teatro real de las migraciones

'Me llamo Suleiman', la exitosa obra de teatro que recrea el duro viaje de un joven maliense hacia España, se representa por primera vez en Mali en el marco del Encuentro Literario de Bamako, que este año cumple su décimo aniversario

Tras más de 120 representaciones en Europa y América Latina la compañía canaria 'Una Hora Menos' lleva su espectáculo al continente africano

Entre el público estará un joven maliense que logró culminar su viaje a España en cayuco en 2006 , un Suleiman real llamado Almamay que cree "necesario que se vea la crudeza del viaje" en su país

La lista de los más de 33.300 refugiados y migrantes muertos en la ruta de África a Europa se exhibe en el Museo Nacional de Mali con motivo de este encuentro cultural

Suleiman ante el teatro real de las migraciones

Suleiman ante el teatro real de las migraciones

Bamako

"Me llamo Suleiman, no te preocupes si no recuerdas de que me conoces, aquí nadie me conoce". Este es el arranque de una de las piezas de teatro español que mejor ha representado, y sigue haciéndolo, la crudeza los viajes de la emigración forzosa de África a Europa. Unas primeras palabras que esta noche en Mali cambiarán rápido de sentido porque Suleiman se enfrenta, por primera vez, a la mirada de los suyos. La obra que narra la odisea de un joven maliense que trata de alcanzar Europa primero por la valla de Melilla y finalmente lo logra en cayuco a Canarias se examina ante el público más exigente, el del teatro real de las migraciones, el de las familias que viven aquí de manera cotidiana el drama de los viajes forzosos, el pueblo de Mali.

Suleiman ante el teatro real de las migraciones

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Esta pieza es la adaptación teatral de la novela del mismo nombre creada por Antonio Lozano, uno de los africanistas más importantes de la literatura de ficción en España. Está dirigida por Mario Vega e interpretada por una sola actriz, Marta Viera, y se ha erigido en una de las producciones teatrales canarias de mayor éxito internacional como demuestra que sigue muy viva 3 años después de su estreno. Suleiman regresa así a Mali después de esos 3 años de viaje escénico. Más de 120 representaciones después y tras haber pasado por Portugal, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Venezuela , llega hoy a su gran reto, Mali, el país del protagonista de la historia.

Me llamo Suleimán es una obra centrada en la emigración clandestina entre África y España / FACTORÍA UNAHORAMENOS

"Es un país especialmente querido por mí, representarlo aquí me hace mucha ilusión primero porque el protagonista es de Mali, aquí se encuentra Suleiman en su propio país . Pero también porque es la primera vez que lo hacemos al otro lado del muro, al otro lado de la frontera. Estamos acostumbrados a hacer la obra en países a donde llegan los inmigrantes pero hasta ahora no lo habíamos hecho en uno de donde salen los inmigrantes, es toda una incógnita la reacción que podamos tener del público de aquí", explica Lozano, con los nervios del que debuta teatralmente en su continente favorito, en el que es muy conocido ya por sus novelas traducidas al francés. "Suleiman salta el muro de regreso a Mali, vuelve de nuevo al otro lado del muro, se reencuentra así con la esencia que da sentido a la obra", afirma este autor apasionado por su África natal.

Nacido en Tánger, Lozano, profesor de francés, fue destinado a Gran Canaria cuando aún era muy joven pero llegó para quedarse. Además de su labor docente , pronto se convirtió en concejal de cultura del municipio donde creó el Festival de Teatro de Agüimes, que ha cumplido ya 30 años, y por el que han pasado algunas de las compañías y escritores más importantes del mundo.

Imágenes de la obra / UNAHORAMENOS

"Tenemos una ilusión terrible por ese camino de vuelta de la historia a Mali pero por otros muchos motivos es muy interesante . Sin bien en Venezuela hicimos Suleiman con 2.500 espectadores o en Colombia para 1.500, enfrentarnos a ese público nos apabullaba, no sabíamos cual iba a ser su reacción, pero lo cierto es que nos genera mucha más inquietud cómo se va a ver aquí a Suleiman, interpretado por Marta Viera, una blanca de Canarias, representando a ese niño que viene de Bandiagara y cómo se lo va a tomar el público nos despierta mucho más interés a nosotros", afirma un más relajado, Mario Vega, director y productor de la obra, con su sello de textos reivindicativos y una moderna puesta en escena plagada de recursos audiovisuales.

Una actriz blanca que hace de Suleiman y que canta bambara

"Me genera muchísima ilusión a la vez que todo el respeto. Tenemos curiosidad por la reacción del público, además es mi primera vez aquí en Mali y estoy conociendo un poco esa historia que tanto he contado fuera sin haber conocido el país y todo lo que supone. Es un cúmulo de emociones y sobre todo mucha satisfacción". Así está Marta Viera horas antes de saltar a las tablas del Blonba, un teatro al aire libre cercano a la orilla del Río Níger, para interpretar a Suleiman y a todos los personajes que dan vida a la obra.

"Muy nerviosa me pone pensar en que me van a escuchar cantar en bambara ( una de las lenguas mayoritarias en Mali). Yo no hablo ese dialecto ni mucho menos, lo aprendí fonéticamente con un chico maliense llamado Suleiman curiosamente, tampoco controlo muy bien lo que digo en cada momento cuando canto en bambara o si estoy desvirtuando las letras de Salif Keita, que son las que interpreto con mi pronunciación del bambara. Además, siendo una chica blanca que representa el papel de un chico de aquí negro, todo eso suma para los nervios",  cuenta Viera, que en el ensayo general quiere saber la reacción de los técnicos locales y algunos invitados que rápidamente avalan su nivel de bambara y lo bien que lo canta, es más, algunos le dicen al acabar el ensayo que creían que estaban escuchando a Rokia Traoré, una afamada cantante de la zona.

El director intenta reducir la tensión de su única actriz en escena, antes del estreno africano, recordando una anécdota que acredita que Viera entona muy bien el bambara. "Nos pasó en una representación en Tenerife, en primera fila había un joven negro que había hecho el viaje en cayuco a Canarias. Nada más terminar la representación el chico se subió corriendo al escenario aún con el público allí para felicitarla, al escucharla cantar en bambara empezó a hablarle en bambara a Marta pensando que lo entendería", recuerda Vega con una sonrisa de orgullo, a lo que Viera contesta: "Esperemos que aquí se lo tomen igual ".

"A mí sí me pone un poco nervioso pensar en que la obra la representa una tubab (la expresión con la que se refieren en Mali y en muchas zonas de África a los blancos)",  explica Vega, mientras que a a Lozano le preocupa menos porque su texto refleja sobre todo cómo trata Europa a los que tienen la necesidad de hacer estos viajes en busca de la prosperidad.

Un Suleiman real en primera fila del Blonba

La historia de Suleiman, representada en hora y media, refleja fielmente el sufrimiento de los viajes reales que siguen realizando a día de hoy miles de jóvenes que siguen emigrando hacia Europa a través de la frontera sur española. Entre el público se darán cita algunos de esos jóvenes que si han logrado llegar a España y que estos días están en Mali de vacaciones como Almamy Haidara. "Es muy bueno que aquí se vea la realidad que sufrimos los que hacemos el viaje. Tengo ganas de verla porque creo que va a reflejar el sufrimiento, el viaje, el miedo a morir en el cayuco o luego a que una vez en España la policía te pueda expulsar. Es llegar o no llegar, es como un viaje a vida o muerte y eso se tiene que ver", afirma Haidara sentado en primera fila del teatro Blonba, con su mirada clavada en el ensayo general antes del estreno de este miércoles.

Almamy Haidara / NICOLÁS CASTELLANO

Haidara es un Suleiman real. Como el protagonista de la obra, dejó su hogar en Mali siendo aún un niño, con 15 años, mientras que el personaje de la obra "lo hizo" con 12 para acabar llegando a Canarias con 16. Al viajero en carne y hueso le parece especialmente interesante la primera parte de la obra. Refleja el momento en el que Suleiman es expulsado de la valla de Melilla de vuelta a Mali y "eso en la vida real representa una vergüenza para él y su familia", afirma este joven padre, que llegó a al sur de Gran Canaria en cayuco con 15 años en el año 2006 y que hoy vive en Astigarraga, desde donde cada mañana pone rumbo al restaurante Mugaritz, en el que lleva tres años trabajando con Andoni Luis Aduriz. El prestigioso cocinero no dudó en llevárselo de Madrid a Euskadi para tutelar su acceso a la cocina de vanguardia, gracias a la iniciativa "Cocina conciencia" de la Fundación Raíces que ayuda a menores que llegan solos a España.

"Tengo ganas de verla entera, la verdad es que Marta tiene muy buena voz y canta muy bien en bambara, estoy seguro que le va a encantar al público escucharla cantar las letras de Salif Keita que aquí es muy querido", sonríe Haidara.

En Me llamo Suleiman también se ve la crudeza de las muertes que está generando este sistema fracasado de fronteras que ha implantado Europa. En la obra pierde la vida alguien muy cercano al protagonista, sucede en el desierto, el de los muertos invisibles, pero se ven hasta 7 muertes en otras partes de esta odisea. En el viaje que hizo Almamy, a través de Atlántico desde Mauritania a Gran Canaria, también murió uno de los ocupantes del cayuco. Así hasta los 33305 muertos que ha generado la emigración africana hacia Europa en los últimos años, como recuerda la lista de United for intercultural Action que se puede ver en el Museo Nacional de Bamako en el marco del festival que acoge la representación, una auténtica lista de la vergüenza.

Crear una escenografía desde cero

"Es una aventura venir a Bamako, y contábamos con tener que adaptar la obra a los materiales pero vamos a poder construir la misma escena que la que se ha visto en Madrid o en Canarias. El problema está en que los materiales que usamos son tan estándares, que si no los tenemos a mano se complica mucho. Salvo en España donde tenemos dos escenografías, una en Madrid y otra en Canarias, en todas las representaciones internacionales tenemos que crear todo desde cero, a base de madera y cartón, aquí nos está costando un poco más " asegura el director que estos días ha tenido que recorrer carpinterías de Bamako junto a Marcos Rodríguez, maquinista que ha levantado toda la escenografía desde cero, en menos de 3 días. En cuanto a la apuesta audiovisual es Tomas Charte, diseñador de luces, que anoche probaba todos los detalles, el encargado de dar vida sobre el escenario a un cayuco sobre el Atlántico, a las vallas de Melilla, o a la noche estrellada del desierto, en la proyección de las más 25000 láminas que 5 dibujantes tuvieron que crear durante más de 3 meses.

Imágenes del ensayo / NICOLÁS CASTELLANO

Me llamo Suleiman se representa en el marco de la "Reentrée Littéraire" de Mali, que este año cumple su décima edición bajo el lema "La humanidad es un lazo" de unión, un lazo que las fronteras están hoy deshaciendo a base de muertes sin sentido . Antonio Lozano, que ha participado estos días en numerosas lecturas públicas de fragmentos de sus obras como Harraga o Donde mueren los ríos , es , con su Suleiman , el mejor embajador de una cultura que apuesta por seguir tendiendo puentes en lugar de levantar más vallas.

 
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