Mentiras necesarias para seguir viviendo

Madrid

Quien diga que nunca ha mentido, miente. Y quien afirme que siempre ha sido fiel a su verdad, también miente. La mentira siempre ha existido y, con ella, se han construido lo que muchos creen grandes verdades.

Valga, en este sentido, una de las tesis que expone Jorge Volpi en la obra ganadora del Premio Alfaguara este año, 'Una novela criminal'. Aunque para ser puntillosos, en su caso la mentira se construye con la complicidad y la soberbia de unos periodistas sin (demasiados) escrúpulos.

El dramaturgo argentino Lautaro Perotti aborda el asunto en la obra 'Cronología de las bestias la mentira', consciente de que vivimos instalados en lo que ahora llamamos post-verdad. En realidad, lo que siempre hemos llamado mentira y, por consiguiente, el relato de nuestras realidades.

Sostiene el autor de esta obra que se estrena en el teatro Español de Madrid, que ninguna persona es solo bueno o solo malo. Y que, por tanto, sus personajes tampoco son unívocos. "Nadie es 100% malo. Nadie es 100% mentiroso, engañador. O 100% inocente. Los personajes están llenos de matices", afirma.

Puede parecer que el personaje encarnado por Carmen Machi, una madre atrapada por un trágico pasado que se enfrenta a un presente construido con mentiras, actúa como las ciclogénesis explosivas, con unos arrebatos de cólera que responden al odio acumulado durante años. Sin embargo, la actriz considera que el dolor es la fuerza de esta persona frágil que lleva años sintiéndose culpable. "Es violenta, no sé si por el dolor, no sé si siempre lo fue. Si nació así. Si la hicieron asó. O si el dolor, la ausencia, el sufrimiento, la contención continua, el silencio le han llevado a esos arrebatos de ira", se atreve a decir Machi de su personaje.

'Cronología de las bestias' es también una obra en el que la sensación de caos prevalece, no solo porque la confusión se adueña de unos personajes que están a punto de perderse en un abismo para ellos desconocido. También porque la propia estructura de la escritura teatral tiene la intención de llegar a un espectador atento al que se le exige atención.

Afirma Perotti que "los espectadores sacan conclusiones rápidas sobre los hechos. Toman la información que otros le dan para hacerla propia y así construyen su verdad, y eso sucede con sólo una parte de los acontecimientos. A veces, ni siquiera la información llega de manera directa sino por terceras personas", añade el autor, quien construye una trama en la que hay "idas y venidas en la historia", con repeticiones de escenas que asientan y añaden información con la intención declarada de que "el espectador esté alerta, que este obligado a no sacar conclusiones y que necesite toda la información" para luego componer su verdad.

Y esa verdad, como la de cada quien, incluye muchas mentiras, sean estas piadosas, sean estas dolosas. O incluso, criminales. Por ello, 'Cronología de las bestias' también puede considerarse como un thriller que desenvuelve unos hechos del pasado que desmienten una realidad construida con mentiras y para la que son necesarias más mentiras. Aunque sea excesivo el trabajo que cuesta ser coherente con todas ellas.