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La historia que hay detrás de la fotografía ganadora del World Press Photo 2018

El fotógrafo tuvo que "correr entre las llamas" para hacer la foto

La fotografía ganadora del World Press Photo 2018 / RONALDO SCHEMIDT/FRANCE PRESS/WORLD PRESS PHOTO EUROPA PRESS

Madrid

El fotoperiodista venezolano Ronaldo Schemidt recibió este viernes el premio World Press Photo por una imagen que retrata la quema accidental de José Víctor Salazar, un manifestante de la oposición venezolana, durante unos disturbios en Caracas ocurridos el 3 de mayo de 2017.

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La instantánea premiada recoge el momento en el que José Víctor Salazar, de 28 años, corre envuelto en llamas al ser alcanzado por un chorro de gasolina tras la explosión de una moto de la Guardia Nacional Bolivariana. La moto fue incendiada por los manifestantes con un cóctel molotov, y las llamas envolvieron a Salazar cuando otro manifestante rompió el tubo de la gasolina con un objeto contundente.

En la imagen el joven, convertido en una antorcha humana y ataviado con una máscara de gas, corre en busca de ayuda para apagar el fuego de su cuerpo, mientras al fondo de la imagen se aprecia pintado en la pared en color negro un pequeño grafiti de una pistola que apunta hacia la palabra "paz".

Tuvo que "correr entre las llamas" para capturar la imagen

En una entrevista a Efe, el fotoperiodista venezolano ha asegurado tuvo que "correr entre las llamas" para capturar la imagen ganadora del World Press Photo 2018, una escena que "sólo duró 14 segundos".

La historia que hay detrás de la fotografía ganadora del World Press Photo 2018

Schemidt explicó que, antes de tomar la imagen, el enfrentamiento violento entre la Guardia Nacional Bolivariana y los manifestantes "subió mucho de tono", tras el cual los opositores les arrebataron a las fuerzas de seguridad una moto "y la tomaron como trofeo".

"La arrastraron hasta un sitio, allí alguien le lanzó una bomba molotov y la moto se incendió", dijo Schemidt. El vehículo no estalló en ese momento, aunque a su alrededor se mantuvieron unas "pequeñas llamas". "Después llegó otra persona" que, "en el medio de la emoción de haberle quitado la moto a la Guardia Nacional, "la golpeó" con un objeto contundente, haciendo que explotase, añadió el fotoperiodista.

Una imagen perfecta en una situación peligrosa

"José Víctor, la persona de la foto, estaba parado en un mal sitio y quedó en el medio de las llamas". La gasolina del vehículo empapó su ropa y, al mezclarse con el fuego, lo convirtió en una antorcha humana.

"Yo me estaba retirando justo en ese momento porque la escena la veía muy peligrosa", dijo Schemidt, pero al sentir la explosión levantó su cámara "de manera instintiva" y empezó a disparar.

"Yo iba corriendo dentro de las llamas", pues donde se encontraba "estaba todo incendiado", cuando se cruzó con el manifestante, que iba en dirección opuesta y agitando los brazos. El joven cayó al suelo, sus compañeros apagaron el fuego y más tarde una ambulancia recogió al herido, que sobrevivió a pesar de sufrir quemaduras de primer y segundo grado.

"Cuando me enteré que se había salvado me alegré muchísimo", dijo Schemidt, pues fue "una víctima de un accidente y es terrible lo que le pasó".

México, uno de los lugares "más peligrosos" para la prensa

Este fotoperiodista de la Agencia France-Presse (AFP) trabaja habitualmente en México, donde reside, pero a veces regresa a su país natal para documentar acontecimientos informativos, como el multitudinario funeral del presidente Hugo Chávez, las elecciones a la Asamblea Legislativa de 2015 o las protestas de 2017.

"Yo un día estoy en las manifestaciones de la oposición, otro en las de apoyo al Gobierno y escucho las dos versiones", dijo el fotoperiodista. "Nuestro trabajo es escuchar a los dos y decirle a la gente: 'esto es lo que está pasando en el país. Usted decida a quien apoya, a quien no apoya, tome su juicio, nosotros contamos la historia'", agregó.

Sobre los riesgos de su profesión en el continente, el fotógrafo definió México como uno de los lugares "más peligrosos" para la prensa por las agresiones "del narcotráfico". Según la Federación Internacional de Periodistas, en este país murieron 13 reporteros en 2017.

En cuanto a Venezuela, Schemidt dijo que lo más complicado es cubrir las manifestaciones que terminan de forma violenta, pues cabe la posibilidad de que "reciba una agresión en cualquier momento de un cuerpo de seguridad" o que alguien intente "robar el equipo".

 
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