El legado rebelde de un animal centenario

Madrid

Además de antipoeta, o matemático, o de llegar a ser un animal centenario, Nicanor Parra tuvo algo de visionario en un siglo bipolar. Su legado, como su propia obra, es una mezcla de ironía y de burla militante, que esta semana ha sido protagonista del Primer Festival Internacional de Poesía de Santiago de Chile. Una ciudad que, sin embargo, se resistió al soplo rebelde de un científico convertido a poeta que en los cincuenta se reveló contra el imperio de la metáfora.

Sergio Badilla, poeta y amigo de Parra, explica las dificultades que tuvo el antipoeta para instalarse en un círculo literario chileno eclipsado por la larga estela de Neruda, el conocido como "imperio de la metáfora" que más que poeta lo calificó como "un guitarrero". Un círculo que, sin embargo, acabó por abrazar la propuesta antipoética de Parra que sirvió, sostiene Badilla, para la configuración de la literatura y de la propia nación chilena en la segunda parte del siglo XX y crear una nueva forma de entender la poesía que cambió las letras hispanoamericanas. Un abrazo que lo acompañó durante toda su carrera, aunque con altos y bajos, y a cuya memoria se le ha rendido homenaje esta semana en el Primer Festival Internacional de Poesía de Santiago de Chile.