Esta investigación pionera ha sido liderada por la Universidad de Sydney y ha descubierto que los turistas emiten ya una décima parte de las emisiones mundiales de C02 y esto es ya cuatro veces más de las primeros cálculos realizados en el año 2000.
Y, según este estudio, las consecuencias ya están ahí. Por ejemplo, los principales destinos turísticos insulares, como las Islas Maldivas, Australia o Nueva Zelanda, están sufriendo ahora el aumento del nivel del mar debido, precisamente, al cambio climático.
Posible solución
Este estudio científico se publica en la revista “Nature Climate Change” y sus autores piden que se pongan en marcha “ecotasas” para poder reducir el impacto contaminante de los millones de turistas que, cada día, recorren el mundo.
"Es posible que se requieran impuestos, en particular para la aviación, con el objetivo de reducir el crecimiento futuro no controlado de las emisiones de C02 relacionadas con el turismo", advierte desde la Universidad de Sydney, el profesor Manfred Lenzen.
En concreto, para resarcir al medio ambiente del daño que provocan, este grupo de científicos propone que cada turista pague 172 euros más en los vuelos de largo recorrido y 37 euros, en los vuelos domésticos.