Diez detalles sin los que no se puede entender la final
Los diez momentos que fueron clave para que la final tuviera el devenir que ha tenido
Real Madrid y Liverpool protagonizaron una de las finales más espectaculares de los últimos tiempos. Un partido en el que sucedieron cosas de principio a fin y que terminó ganando el Real Madrid. Su decimotercera Copa de Europa y la tercera consecutiva.
La supervisión de Klopp
El entrenador alemán siguió fiel a su tradición en partidos importantes y no se perdió el entrenamiento minutos antes de la final de su rival, el Real Madrid. El germano, de espaldas a sus jugadores, observó todos los detalles del calentamiento madridista. A buen seguro tomó nota de varias cosas.
¿Kiev o Anfield?
Incluso con el partido por empezar, la afición del Liverpool se dejó notar mucho más que la del Real Madrid. En este tipo de partidos, la ilusión supone un ingrediente fundamental que hizo que los aficionados británicos estuvieran desde el principio mucho más metidos en el partido. Y eso se nota en el césped. El inicio del equipo de Klopp fue tremendo y el Madrid sobrevivió merced a la experiencia y al rigor táctico.
Puñales por las bandas
Todos esperaban que Sadio Mané y Mohamed Salah crearan mucho peligro por la banda y aunque todos sabían que sus laterales eran muy ofensivos, pocos podían esperar que tuvieran incluso más protagonismo que los atacantes. Tanto Alexander-Arnold como Andrew Robertson comenzaron el partido participando mucho y siempre en campo contrario. Doble trabajo defensivo en bandas para el Madrid.
El portero del Real Madrid
Y precisamente Arnold fue el que tuvo la mejor ocasión del primer tiempo, pero se cruzó en su camino Keylor Navas. Una vez más el portero tico apareció en una cita importante para dejar claro que está entre los mejores porteros del mundo. Al complicado chut del joven zaguero inglés no sólo paró el balón, si no que lo detuvo. Con esta intervención mandaba un mensaje a sus compañeros: yo me encargo de lo que vaya a puerta.
Las lágrimas rompen el ritmo de la final
El partido estaba precioso con alternativas por uno y otro después de que el Madrid equilibrase el tono inicial del Liverpool cuando llegaron las lesiones. Primero Mohamed Salah tras un lance con Sergio Ramos y después Dani Carvajal, ambos por caer mal. El egipcio lesionado del hombro y el español en los isquiotibiales.
Acción y reacción
Tras el paso por vestuarios muchos podían imaginar que lo más extravagante había tenido lugar en el primer tiempo. Nada más lejos de la realidad. A los seis minutos Karim Benzema se aprovechó de la inexperiencia de Loris Karius, que sacó con el francés muy cerca y que metió el pie para marcar un gol inolvidable. Pues tardarán mucho en Liverpool en olvidarse de un error tan grave de su portero. Aunque ayudó y mucho Sadió Mané que cuatro minutos después logró la reacción de su equipo empatando tras un saque de esquina.
El verdadero gol inolvidable
Si el primer gol del Real Madrid será recordado por lo absurdo de la jugada, el que marcó Gareth Bale minutos después fue una locura. El galés aprovechó un centro de Marcelo para dejar una chilena para el recuerdo de los madridistas. Espectacular tanto del galés que se reivindicó con este tanto en Kiev.
La templanza del Madrid
Con el Liverpool intentando volcar el partido hacia el lado del área del Real Madrid, el equipo madridista logró ralentizar el ritmo del partido. El conjunto de Zinedine Zidane tiró de experiencia para impedir cualquier opción de contraataque y reventar las opciones británicas de lograr su sexto título de Europa.
Karius, el antihéroe
Tras un error garrafal en el primer gol del Real Madrid, Loris Karius volvió a erirgirse como protagonista en el tramo final del partido... para tristeza de sus aficionados. Bale probó fortuna con un disparo lejano y el guardameta alemán se tragó el disparo y la pelota acabó dentro. Fue la sentencia para el Liverpool.
El aficionado que evitó el posible gol de Cristiano
El Madrid tenía la final en el bolsillo, pero cuando quedaba medio minuto para el final, Cristiano Ronaldo encaró la portería con opciones de dejar su sello en la final cuando un espontáneo saltó al terreno de juego y frustró la jugada.