Acabar con la brecha de género en los medios de comunicación

Madrid

Casi siete de cada diez nuevos estudiantes en facultades de periodismo y comunicación de toda la Unión Europea son mujeres. Mucho más de la mitad. Pero algo pasa en el camino que hace que sólo el 12% de los cargos directivos de los medios los ocupen mujeres. No solo eso: las redacciones prestan menos atención a aspectos informativos relevantes para las mujeres, recurren menos a ellas como fuentes cualificadas y en los géneros estrella, como la crónica política, se ven relegadas en favor de sus compañeros. “En los medios europeos las mujeres siguen infrarrepresentadas, sobretodo en los niveles en que se toman las decisiones”, explica a La SER la eurodiputada checa Michaela Sojdrova. Y precisamente “porque los medios tienen la capacidad de influir y determinar la opinión pública, es importante que la sociedad no pierda el potencial de las mujeres”, dice intentando justificar la moción que llevó al Parlamento Europeo y que ha sido ampliamente aprobada este mes de abril.

La moción recoge esta realidad y propugna que los diferentes estamentos sociales y políticos hagan aquello que esté a su alcance para romper la brecha de género. Una labor complicada, que implica a los propios medios, a los gobiernos, pero también a sindicatos y organizaciones profesionales. “La cultura organizacional en los medios es desfavorable para la conciliación” dice Sojdrova. Y en una sociedad en la que el peso de los cuidados familiares sigue recayendo abrumadoramente en las mujeres, esto se convierte en un impedimento más para su promoción profesional.

Sin embargo la iniciativa no se queda sólo en promover el acceso de las mujeres a puestos de importancia en los medios, sino que abarca todo el proceso informativo. Los estudios realizados por la Comisión Europea muestran cómo los contenidos relevantes para las mujeres y su perspectiva de la realidad están ausentes. Son cosificadas en la publicidad y en la industria musical.

Sojdrova destaca que es en estos aspectos en los que se puede hacer mucho, difundiendo iniciativas hasta ahora pequeñas y a escala nacional, como la belga Expertalia, una base de datos de mujeres expertas en diferentes materias, que facilita que los medios recojan voces cualificadas de mujeres en ciencia, en política, en economía… o la campaña checa ‘Sexist Piggy’, que difunde una visión crítica de las campañas sexistas en publicidad.