Pasadas las ocho de la mañana del lunes, Iñaki Urdangarin ha ingresado voluntariamente en la cárcel de Brieva, un centro que se construyó en 1989 y que se encuentra a 7 kilómetros de la capital, en un pequeño barrio anexionado que tiene 38 vecinos censados. La prisión tiene 162 celdas y ahora mismo está aproximadamente al 60% de su capacidad. Está clasificada como cárcel para presas ordinarias aunque ha tenido reclusas de primer grado condenadas por terrorismo. El centro elegido por el cuñado del rey cuenta con un pequeño módulo para hombres con una docena de celdas. Al ser una cárcel provincial, se construyó pensando en ingresos excepcionales de reclusos y de hecho permanece vacío desde hace unos cuatro año. El módulo en el que residirá Urdangarin apenas se ha usado, salvo la excepción de algún preso en calidad de arrepentido que estaba colaborando con una causa judicial. El recluso más conocido fue el exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán, que cumplió su condena en Brieva durante diez años aislado del resto de reclusas. Desde su salida, permanece vacío. De ahí que el departamento donde ha ingresado Urdangarín haya necesitado de cierto mantenimiento, sobre todo limpieza y pintura. Según describen desde el sindicato de funcionarios de prisiones CSIF, «el módulo cuenta con un patio pequeño, una zona de estar con televisión y está en una zona aislada dentro de la cárcel, con accesos distintos al resto de departamentos» explica su portavoz, José Manuel Couso a la Cadena SER. El mantenimiento que ha necesitado ha sido suficiente para que esté listo para hoy. «No es de un hotel de lujo pero suficiente para poder estar allí, la estructura fundamental es correcta, si no no se le podría llevar a ese módulo» detalla. Es más, recientemente el Ministerio del Interior se gastó más de 1 millón de euros en reparar el sistema de calefacción. Según fuentes penitenciarias consultadas por la Cadena SER, si Iñaki Urdangarin se queda en Brieva, en su día a día solo verá al funcionario que le atienda o le lleve la comida, tres al día, ya que no puede participar en las actividades comunes de las presas. Ni siquiera en las actividades del patio o las comidas. Por otro lado, en la prisión hay un «grave problema de funcionarios» según denuncia el sindicato mayoritario de prisiones CSIF. «La presión a la plantilla es cada vez mayor, cada vez hay más jubilaciones y con Urdangarin hay que estar muy atentos del interno, lo queincrementará la carga de trabajo» dice Couso. Siguiendo el protocolo habitual, está previsto que Urdangarín ingrese en el módulo a la mayor brevedad posible. El sindicato CSIF considera que no hay privilegio en el hecho de que el exduque vaya a estar sólo en la prisión. «Podemos hablar más de excepcionalidad que de privilegio. No es una cárcel que pidan otros hombres debido precisamente a este aislamiento del resto de internos. Y no creo que se le aplique trato de favor porque está todo el mundo encima de él» concluye. El que fuera duque de Palma pasa su primera noche en su celda. A primera hora se le ha consignado el DNI, completado su ficha de preso y ya tiene asignado su número de identificación penitenciaria. También le ha visto el equipo médico y psicológico, se le ha explicado el funcionamiento de la cárcel y entregado el manual «la vida en prisión». A partir de ahora, al no poder estar con las reclusas, Iñaki Urdangarin tendrá acceso a las zonas comunes - como el gimnasio- en horarios distintos y podrá solicitar libros por catálogo a los funcionarios. En cuanto al régimen de visitas--- tiene derecho a una semanal entre cristales de unos 40 minutos; un vis a vis mensual que puede ser familiar o íntimo y diez llamadas telefónicas semanales de cinco minutos previa autorización del centro. Hasta dentro de 17 meses, con un tercio de la condena cumplida, no podrá solicitar permisos penitenciarios.