Los políticos italianos, alejados de la realidad de Génova
Los políticos se acercan al lugar de la tragedia en la que fallecieron 38 personas sin aportar soluciones para unos ciudadanos que quieren recuperar el modo de transitar de un punto a otro de la región y unos centenares de evacuados que quieren entrar en sus casas a recoger pertenencias
El ministro del Interior Matteo Salvini. / STEFANO RELLANDINI (Reuters)
Génova
El último en pasar por los restos del viaducto ha sido el ministro de infraestructuras del gobierno de Conte. Se llama Danilo Toninelli y afirma que "un país moderno como Italia no puede permitirse sufrir tragedias como esta. No es aceptable. El responsable debe pagar por ello; mantendremos las convenciones del acuerdo estipulado con Autostrade para Italia y revocaremos el contrato, sancionando con la responsabilidad consecuente de no haber respetado las condiciones de contrato, mantenimiento, seguridad".
Este jueves la bolsa italiana caía por el desplome de Autostrade, una empresa de la compañía Benetto que ya ha anunciado que ellos no son los culpables. Dicen haber realizado las labores de mantenimiento y arreglos necesarios. También anuncia que si se rescinde el contrato, el gobierno tendrá que pagar una compensación económica. El ejecutivo por su parte habla de una multa de 150 millones de euros a la compañía.
En busca de la normalidad
Eso en el plano político, porque aquí en Génova, los ciudadanos están mas preocupados por volver a su normalidad, y como van a poder trasladarse, porque con el corte de la A10, la región ha quedado sesgada. Trayectos que antes se hacían en 15 minutos ahora requieren una hora y media. Hay un ramo de flores en el último punto al que se puede acceder en la A10. A pocos metros está un control de los carabiniere que impide seguir.
A unos 200 metros se ve un coche de color gris con las puertas abiertas. Sus ocupantes salieron despavoridos al ver lo que pasaba delante. Tres camiones más a escasos metros, una pequeña furgoneta, un coche rojo y al fondo, justo al borde del precipicio, el camión verde asomando su morro al abismo. Su conductor, decía en la televisión local que frenó porque un coche le adelantó y de repente le vio desaparecer en la boca que se abrió frente a sus ojos. Tiene un hombro dislocado, pero fue porque se cayo de la cabina en la urgencia por salir de allí lo más rápido posible. No se lo cree. Cree que el milagro se debe a su tranquilidad al volante, porque asegura que nunca conduce con prisa.
En las inmediaciones de donde trabajan los bomberos, en las viviendas aledañas que fueron evacuadas, esta mañana se agrupaban un centenar de personas, pidiéndole a los carabinieri que les dejaran entrar a recoger algunas cosas, pertenencias, incluso animales domésticos porque muchos se fueron prácticamente con lo puesto.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...
