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Agresiones sexuales

Siete años de cárcel por violar a una joven a la que engañó con una falsa oferta de trabajo

La Audiencia de Madrid ha condenado a un hombre que se citó con una joven en un spa de la capital haciéndose pasar por el dueño del negocio para después agredirla sexualmente dentro del local: la Policía investigó otras seis denuncias contra él

Manifestación en Pamplona / Jesús Diges (EFE)

Madrid

Un hombre ha sido condenado a siete años de prisión por violar a una joven de Madrid a la que atrajo con una falsa oferta de trabajo de camarera. El agresor, que para cuando fue detenido ya había sido denunciado por siete mujeres, se hizo pasar por el dueño de un spa y agredió a su víctima dentro del establecimiento.

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Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, a la que ha tenido acceso la Cadena SER, los hechos ocurrieron hace ahora dos años en la capital. La joven, que entonces tenía 18 años de edad, contactó con el acusado a través de una página web de búsqueda de trabajo para estudiantes creyendo haber encontrado una oferta para ser camarera o recepcionista en un “spa liberal” o “swinger”, locales de spa donde los clientes, entre otras cosas, tienen espacios habilitados para mantener relaciones sexuales.

El acusado, según declara probado la Justicia, se hizo pasar incluso por una secretaria y después concertó una cita con ella afirmando ser el dueño de uno de estos locales en el barrio de Lista, previa exigencia de una foto desnuda. Una vez en el establecimiento violó a la joven, alertando el gerente del local a la Policía tras escuchar los gritos de la víctima: para entonces, otras tres chicas habían transmitido sus quejas a este centro de spa por haber sufrido lo mismo a manos del supuesto dueño y los verdaderos responsables del centro estaban alerta.

La sentencia, que todavía es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, le impone siete años de prisión por un delito de agresión sexual, otros cinco de libertad vigilada, una orden de alejamiento de diez años de vigencia y una indemnización de 10.000 euros para la víctima.

Más casos denunciados

La resolución de la sección trigésima de la Audiencia Provincial refleja que el acusado tenía antecedentes penales no computables, y también que los investigadores cotejaron su perfil de ADN porque ya constaba en sus bases de datos: ya constaban unas diligencias policiales abiertas en 2014 por un posible delito de abuso sexual con penetración. Este hombre de 44 años nacido en León fue detenido en Valladolid en julio del año pasado y para entonces la Policía ya investigaba otros seis posibles casos similares, dos en grado de tentativa y cuatro consumados.

La sentencia ha sido dicatada por la Audiencia Provincial de Madrid

La sentencia ha sido dicatada por la Audiencia Provincial de Madrid / Alberto Pozas

El modus operandi, según informó entonces la Jefatura Superior de Policía de Madrid, era siempre el mismo: hacerse pasar por dueño de un negocio, fingir incluso ser su propia secretaria, ofrecer trabajo a mujeres muy jóvenes y después concertar una cita en la que violar a sus víctimas. Para entonces tenía ya más de cuarenta perfiles falsos y anuncios con falsas ofertas de trabajo distribuidos en distintas webs, con casi veinte jóvenes efectuando además reclamaciones en estas páginas, además de las denuncias.

“Tienes que ser sumisa”

La sentencia rechaza por completo los argumentos del condenado – que aseguraba que las relaciones fueron consentidas – y avala el relato “claro, detallado, coherente y persistente” de la víctima durante el juicio, explicando cómo el agresor le dijo que “tenía que ser una sumisa para él” mientras la violaba. Usó, según la resolución “violencia o fuerza física suficiente para doblegar la voluntad contraria de la víctima”.

La versión exculpatoria del acusado, cuya defensa llegó a alegar durante el proceso que por alguna razón la joven “tenía que haber deducido que no era una entrevista rutinaria”, no se sostiene, a criterio de los magistrados, frente al testimonio tanto de la víctima como de los trabajadores del spa y los propios agentes de Policía Nacional que intervinieron. También alegó estar siguiendo un tratamiento en Burgos para su “adicción a las citas sexuales por internet”, una supuesta patología de la que los jueces no encuentran pruebas.

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