Qatar busca reforzar lazos comerciales con España
El ministro catarí de Exteriores dice en su visita a Madrid para reunirse con Pedro Sánchez que están listos para negociar con Arabia Saudí cuando este país busque seriamente una salida a la crisis en el Golfo
Madrid
La confianza que exuda el viceprimer ministro y ministro de Exteriores de Qatar, el seij Mohammed bin Abdulrahman al Thani es tal, que cuando se le pregunta sobre si en la crisis política con sus vecinos del golfo esperaba más apoyo europeo dice claramente que su mensaje fue "no necesitamos que hagáis nada por nosotros, entendemos la posición en la que estáis".
A finales de la primavera de 2017, un rocambolesco episodio que incluyó el pirateo de la agencia catarí de noticias para 'fabricar' desde fuera una excusa con la que arremeter contra este pequeño Estado árabe terminó con un bloqueo impuesto por Arabia Saudí y Emiratos Árabes, expulsiones y separaciones de cientos de familias, y una amenaza de invasión terrestre que según varios medios paró en el último momento el exsecretario de Estado de Trump Rex Tillerson (lo que por cierto esos medios creen que le acabó costando el puesto meses después).
Más de un año después la economía de Qatar ha sufrido pero aguantado, las cadenas de abastecimiento se han adaptado (Qatar tuvo que traer ganado en avión desde Australia para sustituir al que llegaba por tierra desde el vecino saudí). El diplomático catarí dice que su país "está en buena forma", pero que la zona ha quedado fragmentada y en una situación de bloqueo que sólo la negociación entre los estados implicados puede solucionar.
"Cuando estén listos para dialogar y explicarnos la razón detrás de todo esto, nos encontrarán listos para hablar con ellos -explica ante un grupo de periodistas en Madrid-. Pero no vamos a aceptar que nos impongan condiciones y medidas que dañen nuestra soberanía o una situación de vigilancia sobre nosotros". En julio de 2017, el grupo encabezado por Arabia Saudí remitió una lista de 13 condiciones que Qatar tenía que cumplir en 10 días o atenerse a las consecuencias. Eso incluía el cierre de la televisión Al Jazeera, la expulsión de las fuerzas turcas que cuentan con una base en Qatar o romper cualquier lazo con Irán. Precisamente la inclusión de este último país vecino explica el origen de la crisis. Qatar es aliado histórico de Arabia Saudí, pero mantiene una independencia en su política exterior y ha hecho de su capacidad mediadora la bandera de su diplomacia. Y Qatar es partidario de un entendimiento con los vecinos persas. Una idea opuesta a la que el nuevo príncipe heredero saudí Mohammed ben Salman y el presidente de Estados Unidos tienen sobre la relación con Irán.
Los enormes recursos de los que dispone Qatar, y su experiencia diplomática acumulada en estas décadas le han permitido capear el temporal. Pero el apoyo de la Casa Blanca a la posición saudí complica esa posición. Paradójicamente Qatar alberga la mayor base militar estadounidense en la zona y sólo unos días antes de que se disparara la crisis había firmado un gigantesco contrato armamentístico con los estadounidenses.
Mientras que Arabia Saudí y Emiratos han presionado a los países árabes para embarcarlos en la campaña anti-Qatar, en Doha prefirieron ser comprensivos ante el silencio o la escasa energía con que se les defendió en foros internacionales. O en países socios como los europeos: "entendemos la relación europea con los otros países del Golfo que han llevado a esta crisis, y que están en una situación que no les gusta. Por eso les dijimos que no necesitabamos nada de ellos, excepto que se mantuvieran firmes en los mismos principios que venían defendiendo". Un pequeño dardo envenenado en el que detalla que, igual que gobiernos y organizaciones llevan años denunciando la situación de derechos humanos en Qatar -y sobretodo los derechos laborales de los trabajadores menos cualificados extranjeros que, por ejemplo construyen los estadios para el mundial de fútbol-, sean ahora igual de vigilantes con Arabia Saudí.
Pero la familia gobernante en Qatar no tiene especial interés en hacer reproches a los gobiernos europeos. Muy al contrario la visita del ministro de Exteriores a Madrid tiene un objetivo esencialmente económico y comercial. "Hay más de 100 empresas españolas trabajando en Qatar y los cambios legislativos introducidos van a facilitar que sean más en los próximos años".
En su reunión con el presidente Sánchez, el jefe de la diplomacia catarí ha firmado un acuerdo de compromiso para cooperar en el desarrollo de proyectos conjuntos de inversión en el exterior, y que se concretaría en la búsqueda de inversiones conjuntas por ejemplo en América Latina.