Los Ondas celebran el poder del humor y reivindican la libertad de expresión
Los premios ponen en valor la comedia, asumen el compromiso de defender la palabra y recuerdan la magia y la emoción de la buena radio
Barcelona
Dice David Broncano que la mejor forma de defender la comedia en estos tiempos es haciéndola. Y manos a la obra se pusieron. Ignatius y su traductor, Quequé, resumieron rápido y con gritos mudos la esencia de La Vida Moderna: “la comedia nos ha salvado la vida”. Agradecidos porque le permitan esa locura, al igual que Juan Carlos Ortega, maestro de la ceremonia de esta 65ª edición, han reivindicado el humor como herramienta social, como vía de escape, como la consecuencia lógica de la vida. De Gila a Quintero y la señora de la radio -la de Ortega, la comedia no es refugio, es camino. Al igual que la radio, la voz es compañía, es parte del tránsito. El cómico ha celebrado con su compañera, su amiga, su pareja -en un escenario repleto de grandes transistores-, una gala divertida, ágil y con colmillo. “Gracias a las personas que nos hacen reír. La vida sin humor sería una puta mierda”.
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Antes de los gags y la música, subieron al escenario personas que cautivan rápido. Unos lo hacen con la mirada, con un gesto… A Jordi Basté le basta con su voz. El presentador de El monc de Rac1 ha demostrado por qué es uno de lo periodistas más carismáticos de la radiodifusión actual. En su discurso, amenazado siempre por un bloque de pinchos sobre su cabeza, ha agradecido el Ondas a todos sus competidores, a todos los locutores, a los que están y a los que no, para hacer una viva defensa de la magia de la radio. Versátil, ingenioso y combativo, ha rendido un pequeño homenaje a la historia de las mejores voces que han llenado y llenan de compañía las casas de este país. Con su voz, con sus goles, con su música… “Libertad de expresión y visca la ràdio”, se ha despedido ante un Liceu rendido.
A Julia Otero también le puede la pasión por la radio y por la vida. Presumiendo de juventud, ha recogido su quinto Ondas -tres por su trabajo en las ondas y dos por sus proyectos televisivos. “Estoy contenta porque han vuelto a Barcelona, a su ciudad”, comenzaba ante el aplauso unánime de los premios que, como los hijos, vuelven a casa. El Gabinete es uno de los espacios más longevos de la radio y la presentadora sabe la receta del éxito: “Solvencia intelectual, brillantez dialéctica, saber hablar y escuchar, y rigor”. De escuchar también sabe mucho Isaías Lafuente. A él también le puede la pasión, pero antes rebosa bondad y generosidad. “Recojo el Ondas en nombre de todos los secundarios de la radio. Detrás de cada micrófono se esconde mucha gente, los oyentes y todos los compañeros”. Un homenaje a la radio coral que permite hacer programas que luego son premiados. Como buen vigilante de gazapos entre polémica y polémica en lo que queda de cada día, el periodista de la SER ha reivindicado el poder del lenguaje. “Somos unos privilegiados, tenemos derecho a usar y modificar la palabra, pero tenemos el deber de cuidarla. Por respeto a nosotros mismos y a los que nos escuchan, y por aquellos que no pudieron pronunciar ninguna palabra”, ha concluido emocionado mirando a su mujer y su hijo.
En la categoría de radio, también hay espacio para las nuevas plataformas. Cuonda y Pablo Romero han mezclado la investigación periodística y su experiencia personal en cinco capítulos de desgarro e impunidad por el asesinato de su padre a manos de ETA. El periodista ha querido reivindicar el oficio fuera de focos. “Se lo quiero dedicar a los periodistas de base, los que cobran poquito, los que nos firman casi nunca. Yo soy uno de vosotros y estoy aquí, y se puede”, ha dicho antes de ofrecer el Ondas a su madre, no como víctima, sino como mujer. “Y esto es para todas las mujeres que hacen el mundo mejor”, ha sentenciado.
Del apartado de televisión, los representantes de Operación Triunfo tenían prisa por irse a ver la gala. La de OT, no ésta. TVE ha presumido de datos, de visualizaciones, la productora ha querido destacar al equipo humano y técnico. Al final ya han citado a los concursantes. Les ha costado también encontrar la magia. Les ha seguido Sandra Sabatés, a la que no le gustan los discursos templados. La presentadora de El Intermedio ha agradecido a Wyoming la generosidad pero se ha deshecho en elogios a la directora del programa por la confianza. Siete años al pie del cañón, con regalos como su sección Mujer tenía que ser. “Por levantar un programa siempre comprometido con los grandes valores, la igualdad y la libertad de expresión, que ahora nos toca defender. Lo vamos a seguir haciendo, está en nuestras manos”, ha reclamado.
Jesús Calleja vive el momento con más tranquilidad. A él, Ondas a mejor a presentador, le recuerda lo importante en la vida: buscar un estado de ánimo y una actitud. “Persigo la felicidad desde que era pequeño”. Y ojos brillantes, con esa felicidad, tenían los miembros de Radio Gaga. Una tele diferente, bonita, sensible. Manuel Burque lo ha querido compartir con todos los que han pasado por su caravana. A Quique Peinado le gusta pensar que sus hijos se sentirán orgullosos cuando crezcan y lo vean. Hay programas que te cambian la vida.
Este momento, entre zen y emocionante, era la antesala de la revolución. Los Javis, que se multiplican como los likes, llegaban con toda su banda al escenario. Gran parte del equipo de Paquita Salas, con Brays Efe, Mariona Terés o Yolanda Ramos. Ellos conocen el show. “Nos gusta pensar que hacemos una serie que no solo es un homenaje a la televisión, sino a las actrices, a todas, a la transexuales, a las que tienen papada, a las altas, a las bajas, a las gordas, a las que se van, a las que hacen microteatro… Esta serie es para vosotras, gracias por la inspiración. Nos gusta pensar que Paquita Salas es un homenaje a la gente que no mide su vida por el éxito o el fracaso, sino porque hace lo que apasiona”.
Las actrices han recogido el guante. Ese amor por la televisión cuidada, con cariño, proyectos mimados, y con personajes femeninos que advierten de no hay vuelta atrás con el empoderamiento de la mujer. Patricia López Arnáiz y Aura Garrido han valorado el trabajo en equipo, los misterios del oficio y el compromiso. Habían escuchado a los de Fariña. Sonia Martínez, jefa de ficción de Atresmedia, y Javier Rey, el Sito Miñanco de la pequeña pantalla, han celebrado la evolución de la televisión, el amor por proyectos que son fruto de la suma de muchos. Y Oriol Pla, tan tímido, tan joven -tiene solo 25 años-, solo le salían gracias. Curtido y enamorado del teatro, sin tele en casa, pide mucho futuro: “Mucho amor, mucho humor y mucha libertad de expresión”.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...