Una nueva fecha límite para Pedro Sánchez
Nueva página en el calendario político que discurrirá en paralelo al judicial con el inicio del procés en el Supremo
Madrid
La entrega del pen-drive con los Presupuestos Generales del Estado abre una nueva página en el calendario político que discurrirá en paralelo al judicial con el inicio del “procés” en el Supremo y que nadie sabe cuando terminará: en marzo, en mayo –con el superdomingo-, en otoño o, como repite el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al término de la actual legislatura. Ninguna fecha está cerrada para unas elecciones generales mientras no se despeje la duda de si las cuentas del estado pasarán en la segunda semana de febrero, cuando tenga lugar el debate de totalidad.
Hasta el 8 de febrero, si así lo ratifica la Junta de portavoces, tendrán los grupos parlamentarios para presentar enmiendas a la totalidad. No se descarta que haya una de los grupos independentistas catalanes pero se confía en que la redacción disuada a PP y Ciudadanos de utilizarla a su favor. No obstante, el suspense se mantendrá hasta el mismo día 12 de febrero porque PdeCat y Esquerra pueden retirar la enmienda durante el mismo pleno.
Más información
- Llegan al Congreso unos Presupuestos clave para mantener a Sánchez
- Sánchez pide al PP y Cs que se abstengan o voten a favor de los presupuestos
- Casado tacha a Sánchez de "mentiroso" por decir que va a seguir hasta 2020
- Torra decreta el "no" a los Presupuestos mientras haya "muros" a la autodeterminación
El suspense también está garantizado por parte de Unidos Podemos que quiere garantías por escrito de que las medidas sociales que se pactaron el verano entre Sánchez e Iglesias se sacarán adelante con o sin presupuestos. Lo único cierto es que Ciudadanos y Partido Popular, a pesar de la oferta del Presidente del Gobierno a negociar, rechazan el proyecto.
A diferencia de la senda de estabilidad, el PP no puede bloquear los presupuestos en el Senado. Así que si pasan la prueba de febrero, el gobierno tendrá casi cinco meses más de oxígeno político.