Cinco años de la fundación de Podemos: solo queda uno de la foto del cambio
El equipo de Errejón defiende que esta decisión no es muy diferente a la de Teresa Rodríguez en Andalucía
Madrid
Ni por asomo se imaginaba la dirección de Podemos que el día en que la formación morada cumple cinco años se iba a despertar con la noticia de que Íñigo Errejón se decidía finalmente a desmarcarse del partido del que fue fundador para vincularse al proyecto de Manuela Carmena en Madrid.
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Muchos lo esperaban antes, otros seguían sin verle capaz y este jueves despejaba las dudas al anunciar su pacto con la alcaldesa madrileña para construir un proyecto integral que no se quede en el Ayuntamiento y que se extienda a la Comunidad con la marca Más Madrid.
A la ejecutiva de Podemos, de la que Errejón formaba parte hasta hace poco como secretario de Análisis Estratégico, le ha pillado totalmente por sorpresa y de momento se mantiene en silencio ante lo que algunas fuentes consultadas por EFE traducen como que "se va de Podemos a montar otro partido con Carmena".
Hoy mismo, la portavoz en el Congreso, Irene Montero, ha defendido en una entrevista en Hoy por Hoy la existencia de un acuerdo "generoso" con Izquierda Unida en Madrid que situaba a Sol Sánchez (IU) como número dos de Errejón en su candidatura a la Comunidad. Un acuerdo que en ningún momento llegó a ser confirmado por el equipo errejonista.
Poco después se conocía que Errejón quiere formar equipo con Carmena y llevar su plataforma a la Comunidad de Madrid, lo que por otra parte lleva meses defendiendo. Una plataforma a la que invita ahora a sumarse a todas las fuerzas políticas, incluido Podemos.
Ya en septiembre pasado, el candidato a la Presidencia madrileña, en una entrevista con la Agencia EFE, no descartaba renunciar a las siglas de Podemos, expresaba su convicción política de que formaciones como IU o Equo "tienen que estar y van a estar", pero admitía que no tenía "preferencias a priori" sobre la forma de "aterrizar" esa unión ni sobre el nombre de la candidatura.
En el equipo de Errejón defienden que esta decisión no es muy diferente al camino emprendido por Teresa Rodríguez en Andalucía, quien para combatir el desgaste dejó en segundo plano la marca Podemos en su alianza con IU.
Y es muy posible que los malos resultados de Adelante Andalucía y la desmotivación de su electorado, hayan sido otro de los elementos que han llevado a Errejón a decidirse porque siempre fue crítico con esa suma con IU que les situaba en el eje izquierda-derecha y lejos de la "transversalidad" con la que Podemos logró en sus inicios despertar la ilusión de millones de personas.
Hacia falta un "revulsivo" reconocen en el entorno del candidato, quien desde Vistalegre II, cuando sus tesis perdieron frente a las de Pablo Iglesias y tuvo que aceptar su paso a la política madrileña, se fue viendo poco a poco relegado en la estrategia política nacional, de la que nunca se ha querido despegar.
Como él, otros pesos pesados del primer Podemos pasaron a una segunda o tercera fila con la nueva dirección que pilotaban Iglesias, Montero y Echenique. Es el caso de la diputada Carolina Bescansa, otra de las fundadoras de Podemos, que ha celebrado el acuerdo de Errejón con Carmena porque "devuelve esperanza e ilusión". "Gracias por sumar, por construir pluralidad y por demostrar que la responsabilidad es imprescindible para cambiar nuestro país", ha afirmado Bescansa en Twitter.
Bescansa, que este año tiene previsto abandonar el Congreso, dejó de formar parte del círculo de confianza de Iglesias tras aquel Vistalegre II de febrero de 2017, que marcó un antes y un después en la formación morada. Hasta entonces Errejón, como responsable de la Secretaría Política, había sido un pilar fundamental y director de sus campañas electorales.
Quienes le definen como pragmático, brillante analista y estratega le atribuyen la autoría de buen número de los mensajes que llevaron a Podemos a conseguir una gran representación parlamentaria con su recorrido en busca de la centralidad y alejándose de las doctrinas más radicales.
Errejón recuperó para la política española conceptos como la patria, la transversalidad, la radicalización de la democracia y esa "competencia virtuosa" que después la dirección ha puesto también práctica en sus nuevas relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Ahora hace bandera de la gestión de los llamados ayuntamientos del cambio con Manuela Carmena como "máximo exponente", y cree que las elecciones municipales y autonómicas de mayo serán claves para que el país siga avanzando. Su plan para conseguirlo: ser Carmena en la Comunidad de Madrid.