La familia refugiada en una iglesia para evitar la deportación sale victoriosa tras una misa de 97 días
El Gobierno se compromete a reconsiderar las órdenes de expulsión que pesan sobre unos 700 niños solicitantes de asilo
Madrid
La iglesia protestante de Bethel ha dado por finalizada este jueves la misa más larga de la historia. Una misa, de 97 días de duración, que no tenía como objetivo batir ningún récord mundial, sino evitar la deportación de una familia de refugiados armenios que llegaron a la ciudad en 2009 por temor a su seguridad debido al activismo político del padre.
<p>El Gobierno se compromete a reconsiderar las órdenes de expulsión que pesan sobre unos 700 niños solicitantes de asilo</p>
Según ha dado a conocer la propia iglesia a través de un comunicado, el Gobierno se ha comprometido a garantizar "un futuro seguro" para la familia y a reconsiderar las órdenes de expulsión que pesan sobre unos 700 niños solicitantes de asilo. Por lo tanto, la iglesia considera que ha logrado el objetivo inicial de su iniciativa y anuncia el final de la misa: "Estamos muy agradecidos por poder brindar un futuro seguro para cientos de familias de refugiados en los Países Bajos".
97 días de misa ininterrumpida
Desde el pasado 26 de octubre, esta iglesia situada en La Haya (Países Bajos) celebraba una misa ininterrumpida ante cientos de feligreses que han ido entrando y saliendo a lo largo del último mes para llevar a cabo sus rezos diarios. Todo ello para evitar que la policía se llevara a los Tamrazyan, una familia formada por los padres y tres hijos de 15, 19 y 21 años
A pesar de que un juez le concedió asilo a la familia al completo en 2009, un proceso judicial emprendido por el Gobierno, que se ha resuelto con la revocación de la decisión del juez, pretendía echar a la familia del país. Pese a que la familia estaba integrada completamente a la vida de este municipio costero, el Gobierno decidió que tenían que volver a su país en cuestión de meses.
La ley que permitió a la familia salvarse de volver a Armenia
Tras recibir la orden de deportación el pasado mes de septiembre, la familia pidió ayuda a todos los colectivos a través de las redes sociales hasta que la iglesia local les invitó a quedarse en el recinto religioso. Según recoge la ley holandesa, las autoridades no pueden irrumpir en la Iglesia durante una misa. Por lo tanto, el presidente del Consejo General de la Iglesia, Theo Hettema, decidió organizar una misa que impidiera a la policía llevarse a la familia.
Desde entonces, la familia ha estado acompañada de cientos y cientos de fieles que se han acercado hasta la iglesia protestante para apoyar a los Tamrazyan. Tras comenzar la misa, varios pastores de distintos rincones del país se ofrecieron como relevo para mantener este servicio las 24 horas del día.
Gracias a ello, esta familia ha podido mantener su hogar en La Haya y abrir un nuevo panorama para los 700 niños solicitantes de asilo: "Durante meses hemos mantenido la esperanza y ahora esa esperanza está dando sus frutos. Estamos profundamente impresionados con todos los que han pasado por aquí, los voluntarios y otros que han participado en este refugio en la iglesia".
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...